viernes, 30 de marzo de 2012

Mis dos alegrías



Ahora los días tienen más sentido, las oscuras sombras se difuminan a la mañana a la luz de sus ojos, como un capitán que recobra su rumbo en una brújula que sentía extraña, mi vida, más que nunca comienza con una sonrisa que me devuelven doble mis dos alegrías.


No hay herida, no hay pesar, no hay nada que no se cauterice con su presencia, entre la inocencia recién llegada y la bondad de un gran corazón, nuestra casa se ha llenado de una sonrisa nada pastelona, de mil anécdotas que el tiempo se encarga de borrar por la llegada de otras mil y de sueños por contar a dos ojos que te miran sólo pidiendo cariño.


Me miran, mis dos alegrías, y no sé que devolverles, siempre me siento en deuda, que gustoso no olvido y avalo con mi vida, pero hay compromisos difíciles de saldar, cuando esos se clavan en uno, unos con el amor de pareja, los otros con el brillo de la esperanza, y las dos juntas con la alegría de saberse ambas vencedoras en un tiempo en el que conseguir sus deseos no fue fácil.


Las miro y sé que son mis dos alegrías.

04/12/2011

jueves, 29 de marzo de 2012

Mi primer día del padre y el primer regalo de June



El día del padre, mi primer día del padre, June llegó de la guardería con su primer regalo, era un auténtico regalo inconsciente, ya que June ni sentía, ni padecía, pero la abuela llegó todo orgullosa a casa con lo que había hecho su nieta, o mejor dicho, lo que le habían ayudado a hacer las gentiles chicas de la guardería. En mi caso la inconsciencia también fue manifiesta, eso de que el año anterior no te felicite nadie el día del padre, y de que al siguiente sí, no me otorgan mucha consciencia del suceso, pero se asume con gusto y agrado.


El dibujo consistía en una cartulina azul sobre la que, en plena era digital, había depositado la huella  de su mano embadurnada en una pintura blanca, después con gran habilidad le habían colocado cara de pez y unas algas flotando en el fondo del supuesto mar. Me imagino que las letras de "¡Felicidades Papá! no eran de mi hija, pero de todas formas para el día que lo puedas leer: "Muchas gracias, June".

19/03/2012

miércoles, 28 de marzo de 2012

Bendición "urbi et orbi"



Sentada sobre su sofá, tranquila y paciente, ocultándose tras de su chupete y como si no hubiera roto ningún plato, nada parece presagiar su gesto próximo.


Levanta su mano derecha en un gesto solemne y nos reparte, a su madre y a mi, la bendición "urbi et orbi", abriendo ligeramente la boca en un gesto de aprobación.


Ante tanta inocencia, uno se arruga y se hace pequeño, casi tanto como ella. Ya bendecido me arrodillo a sus pies e inmortalizo la escena, a la que el babero, a modo de casulla, da todavía más relevancia.


Poco a poco comienza a bajar la mano impresionada por mi genuflexión, pero cae en un movimiento lento y pausado, muy papal.


Por fin descansa satisfecha, ya nos ha bendecido y se siente feliz, no es para menos.


Y como colofón final se tira para atrás partiéndose de risa de como nos la ha clavado. Mi niña es así.

04/12/2011

martes, 27 de marzo de 2012

Un sonajero movido



June mira el sonajero, lo contempla con cariño, detenidamente, lo investiga, se fija en sus colores, en sus pétalos por pelos, la calma la guía, tan sólo mueve un poco los pies en un movimiento compulsivo, el sonajero no sonajea.


En apenas un segundo, su mano comienza un movimiento loco, arriba y abajo, abajo y arriba, las bolitas de su interior viajan a la velocidad de la luz por momentos, emitiendo un sonido característico, al ruido le acompaña un grito de June de rabia o de felicidad por lo conseguido. Ahora el sonajero, sonajea.

04/12/2011

lunes, 26 de marzo de 2012

La hora del baño, al agua June



La hora del baño es un momento mágico, June se queda libre de ropajes y pañales, libre como cuando llegó, y ella lo nota, patalea agradecida y la embutimos en su toalla amarilla de baño, camino de su cuarto a su bañera. Ella toda feliz por que sabe lo que le espera.


Mira el agua de reojillo, un poco de temor inicial y luego todo es chapotear y chapotear, con alaridos por ráfagas para marcar más la intensidad de los mismos, un ratito de baño relajante y limpieza corporal, tanto manda la devoción como la necesidad. Es la hora del baño, al agua June.

04/12/2011

viernes, 23 de marzo de 2012

La primera papilla: al final un biberón



Fase VI: la desesperación
Harta de intentarlo de una forma y de otra, su madre la saca de la trona con cariño, pero con genio, le prepara un biberón muy a su pesar, y en sus brazos para calmar el llanto de la primera papilla le da el biberón para satisfacción de June. Ya sus manos ni se ven entre el enorme babero y el llanto ha pasado a ser tan sólo hambre y gula de biberón.


Fase VII: La aceptación
Su madre en vista de la gula le quita el babero y June feliz toma el biberón con calma después del mal trago pasado. Su madre por lo bajinis le va soltando una letanía indicándole que así no, hija, así no. Mientras June me mira con ojos cómplices sabedora de su triunfo.


29/11/2011

jueves, 22 de marzo de 2012

La primera papilla: el principio



Fase I: La preparación
Tocaba dar comienzo al cambio alimentario de June, debía probar sus primeras papillas, Ana tomó la decisión, "hoy le doy papillas", con tal rotundidad todo vaticinaba hacia un éxito claro. Al rato se encaminó hacia la cocina, y preparó las primeras papillas de June, las probó Ana y le parecieron buenas, ahora sólo faltaba que a June también.


Fase II: La contemplación
Preparó a June convenientemente, le colocó el babero, siete veces más grande que ella y con él, más que a darle una papilla, parecía que le íbamos a cortar el pelo. La sentamos en su trona regalo de sus tíos y primos de Vitoria y que también se estrenaba por primera vez para su oficio real, en otras ocasiones se había usado la silla pero más como elemento de encarcelamiento que para darle de comer. June observó ese plato que le habían puesto delante, lo miraba como si fuera un OVNI, y dudaba de si lanzar su mano hacia él, pero las mangas tan largas del babero le impedían un movimiento natural.


Fase III: La prueba
Ana llenó la cuchara del alimento y en un rápido movimiento mientras no paraba de decirle cosas se lo llevó hacia la boca, unos segundos de silencio eternos se hicieron en la cocina, la cara de June se tornó en asombro y novedad, perpleja ante el nuevo suceso y las nuevas texturas que percibía en su boca, todos esperábamos un gesto de aprobación y su madre no dejaba de recordarle que estaba muy buena su primera papilla.


Fase IV: La respuesta
Pero June parecía que no pensaba lo mismo, su cara repelió el primer ataque de la cucharilla papillera como si fuera aplicada por el mismo demonio, de nada servían las sugestivas palabras de la madre que apelaba, sin cansancio, a las extraordinarias cualidades gustativas aparentes de la papilla, pero June no lo compartía y se revolvía en su babero enorme buscando refugio donde no parecía existir


Fase V: Repetimos
June no contaba con la determinación de la madre y volvió a intentarlo, convirtiéndose desde ese mismo momento un bucle que repetía la fase IV y V constántemente, June no paraba de llorar y buscar refugio, clamando por su querida teta y no por estos nuevos alimentos que se le ofrecían. Apenas dos cucharadas más su madre tuvo que desistir ante el llanto desconsolado de su hija.

29/11/2011

miércoles, 21 de marzo de 2012

June y su sombrero-pantalón



Parecía difícil superar a la June palestina de ayer, pero no hay como darme tiempo, sin haber pasado casi horas y teniéndola que vestir tras cambiarle los pañales, me topé con un pantalón tipo leggins rosa precioso, lo vi en mis manos y la maldad entró en mi cerebro, se lo coloqué en la cabeza y parecía toda una aldeana pitufa, podría haber pasado como una pueblerina que venía de ordeñar las vaques en Asturias.


Allí estaba ella, toda contenta, sintiéndose observada mientras toda la gente se moría de risa y los abuelos clamaban por que se lo quitara inmediatamente, ni yo, ni June pensábamos lo mismo.

23/11/2012

martes, 20 de marzo de 2012

June palestina



A June le encanta que la disfrace, bueno, al que me encanta es a mi, y que me chillen alrededor diciendo —"pero no le hagas eso a la chica, déjala, que no le gusta"—, pero yo miro a June y me parece que no está muy de acuerdo con ellos. Aprovechando un cambio de pañal le coloqué mi foulard en la cabeza y parecía toda una palestina de las de toda la vida. Veía que nos reíamos y ella todavía se reía más.


Estaba como para montarle un portal de Belén, entregarle un rebaño de ovejas y hacerla pastorcilla en ese mismo momento, durante un rato poco podíamos hacer más que reír, mientras June alucinaba con nuestro cachondeo. Al final no aguantaron más y se lo quitaron, pero hay que reconocer que estaba guapísima.

19/11/2012

lunes, 19 de marzo de 2012

Esto no se ve todos los días



Y es que ver al abuelo Pedro Hipólito con un nieto o nieta en sus brazos no es fácil, pero como podéis ver tampoco imposible. June se dejaba querer por su abuelo, tomaba distancias, pero se dejaba querer, nos miraba con esos ojos que dicen –"sacarme pronto de aquí"– pero aguantaba mientras su abuelo le repetía las mismas cosas una y otra vez.


La miraba, y poniendo morritos (el abuelo), intentaba coaccionar a la nieta, preguntándole cual espejo mágico a qué abuelo quería más, y le recriminaba, en cierta forma, que no le contestara. June miraba aturdida y escuchaba los ruidos que en forma de palabras salían de la boca de su abuelo.


Poco aguantó de pie Pedro y buscó asiento para continuar charlando con su nieta, que ya miraba de un lado a otro en busca de ayuda y de algo de libertad, mientras el abuelo seguía insistiendo –"¡qué tienes que querer mucho al abuelo Pedro que te llevará a Anguiano, y a la abuela Carmen, que te dará la paga, si eres buena, por que si eres mala, nada de nada! ¡me estás oyendo June!"—


Finalmente June pidió ayuda a pulmón partido, mientras su abuelo se seguía preguntando por qué le lloraba, con lo bien que había estado todo el rato. Así acabó un suceso poco visto y un documento histórico incalculable, Pedro Hipólito teniendo en brazos a su nieta, esperemos que no sea el único.

19/11/2011

viernes, 16 de marzo de 2012

¡Qué tíos!



Ciertamente, es una pena no estar todo lo que quisiéramos en Vitoria, es una pena que sus tíos no la puedan disfrutar todo lo que nos gustaría, pero al menos cuando vamos intentan no separarse de ella y cualquiera de ellos hacen lo posible por que estemos juntos (os recuerdo, de parte de June, que también podéis venir a verla aquí, que no siempre tiene que ir ella, pero que conste que lo dice ella). Esteban no podía ser menos, con su pijama sempiterno se hace con June y la mima, como sólo él, junto con Sergio saben hacer.


Aquí podéis ver un momento de mimitis que tenía su tío hacia la sobrina, aunque debería ser al revés, pero los García Quintanar son así, es completamente la cara opuesta que pone cuando le escondo los cd's  de villancicos en Navidad, aunque hay que reconocer que la foto no tiene precio.


Aquí podemos ver a Sergio, aunque para disfrutar de June tiene que esperar que la suelte Esteban y eso puede durar, durar, durar… Un beso también para Ainara, otra grande, que está viviendo ahora los placeres y privaciones de un embarazo, ya queda menos ¡guapa!

19/11/2011

jueves, 15 de marzo de 2012

La esquimal que visitaba librerías



Abrigadita en noviembre con esa cazadora parecía una auténtico esquimal en busca de iglú, hasta su cara plasmaba frío, aunque le levantabas el gorro y tenía todo el pelo sudado por el calor. Allí aguantaba con el chupete en el escaso mes que lo soportó, mientras paseábamos por Vitoria para que se impregnara un poco de los aires de esta ciudad.


Aprovechando, como se puede comprobar en la imagen, la excitación y viveza de June, nos metimos en una librería, no todo iban a ser bares, y recorrimos con ella pasillos y estantes de novelas y libros de llamativas portadas, June siguió inalterable, aunque nosotros no pudimos resistirnos sin salir con un buen manojo de libros, sólo esperamos que estos ambientes de mayor, también sean de su agrado.

19/11/2011

miércoles, 14 de marzo de 2012

De rule por Gasteiz



El sábado y con más buen tiempo que malo, salimos a dar un rule por Gasteiz, a derrapar un poco con el carrito de June por sus calles empedradas en busca del sueño y del descanso de su pasajera, así fue, nada más pasar el puente de Las Trianas, a los primeros toques de los rayos de sol cayó rendida en su paseo matutino.


La caminata por lo tanto nos la dimos los padres, cosa que me encanta, y decidimos parar a reponer fuerzas con un buen pincho y un cortadito de los que te hacen entrar en calor, paramos en un bar de la Virgen Blanca y la entrada, pese al barullo normal del bar, fue perfecta, aterrizó dormida junto a una mesa sin inmutarse por nada y con la bendición de que ya no se fuma en los bares.


Pero la alegría apenas duró unos segundos, June debe tener unos sensores extrasensoriales sobre su espalda y cuerpo que le avisan en el momento en que el carro se deja de mover, y si le sumamos su fino oído, tenemos un completo que confirma la situación de su despertar, pero por suerte siempre con una sonrisa, dormida, pero sonrisa.


Así que la tranquilidad con la que nos habíamos hecho a la idea, hacía unos segundos, de un pincho en paz y armonía, se vio truncado por la aparición de nuestra hija en escena. Allí estuvimos la familia al completo, retirando servilletas de papel, apartando periódicos, alejando tazas, esquivando cucharillas, flexionando codos para poder ingerir parte del pincho de tortilla y demás, mientras la fierecilla movía sus brazos como las aspas de un molino.


Allí pasamos un rato, en la mesa en la que yo en las tempraneras mañanas de sábados y domingos me apresto con mi libreta y pluma a escribir, mientras la gente pasa a mi alrededor y las ideas fluyen por mi cabeza. Vivía ahora un momento distinto, diferente, pero bello, las miraba a las dos y me sentía como un observador conocido y feliz por poder compartir lo que tengo.

19/11/2011

martes, 13 de marzo de 2012

En el cumpleaños del abuelo Pedro


Cumplía el abuelo Pedro 69 años y June no podía faltar a su cumplemuchosaños, las rutinas no cambiaron, que si un poco más de vino, que si no está la comida todavía, que si alguna cabezadita, que si venga que no me quiero enfadar,… pero June lo cambió todo, iba de lado a lado, de brazo en brazo, rotando por la mesa como una peonza y provocando las risas de todos.


Su tío Esteban controlándolo todo, anfitrión como pocos y siempre ayudando en casa, eso sí, con su pijama como básico imprescindible, miraba como su hermana intentaba calmar a la fiera que se había insubordinado y exigía brazos para llegar donde habitualmente no puede llegar.


Sergio llamaba la atención de June en el sopor de la sobremesa, y June aunque parecía que pasaba, se dejaba querer, le provocaba y luego se ausentaba, menuda truhán está hecha.


Después en los postres tocó cuerpo a tierra, en el lugar que segundos antes había ocupado la bandeja del asado, donde demostró claramente que lo suyo no es gatear, se esforzaba, pero poco conseguía, un intento, dos intentos y a llorar para que la giraran o cambiaran de posición.


Finalmente cayó rendida y por suerte para su abuelo que pudo ver con tranquilidad el tiempo de la 1, un clásico en todas las veladas y que más que nunca había que soportar en el día de su cumplemuchosaños.

18/11/2011

lunes, 12 de marzo de 2012

Control parental



Conforme pasa el tiempo las manos de June cada vez se hacen más largas, a todo llega y nada se le escapa, con una velocidad galáctica arrampla con todo que está en la mesa o en sus proximidades, así tiemblan los vasos, las gafas en la cara de la gente, los pendientes, las caballeras, las figuras de Lladró y tantos objetos que en los hogares tienen su hueco preciado.


Así nos obliga a vigilarla constantemente, pecho con espalda u hombro con hombro, en un marcaje que ni la mejor defensa de cualquier selección de fútbol, un control parental llevado al extremo por la máxima seguridad de los progenitores. Tengan cuidado en las calles, June manos largas intenta ir suelta.

18/11/2011

viernes, 9 de marzo de 2012

Nueve meses de vida



Hoy June hace nueve meses, desde un día nueve de junio que quiso compartir su vida con nosotros, nueve meses de risas y más sonrisas, nueve meses que ha llenado de felicidad en nuestras vidas, nueve meses que seguro que nos han cambiado, pero que los sentimos maravillosos, nueve meses que para ella han sido únicos, nueve meses que se pasan en un suspiro, nueve meses que no podemos dejar de mirarla. Felicidades June.
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