jueves, 28 de febrero de 2013

Ortodoncia playera



Los últimos días de verano, además de comenzar a andar, había aprendido a memorizar y señalar algunas palabras. Ya sabía identificar perfectamente donde estaban los ojos, la nariz, las orejas, la boca y los dientes, y es en estos últimos donde dada su afición por llevárselo todo a la boca, ya que a ella le estaban saliendo dientes y muelas, quería practicar con nosotros lo mismo.


Aquel día en la playa tomó el sobrante del tirante del biquini y lo dirigió con certera puntería a la boca de su madre para que lo chupara y lo rechupeteara. Al principio era muy gracioso.


Pero cuando su madre intentaba cerrar la boca para que June cejara en su intento, June no se cortaba y metía la mano hasta la tráquea si hacía falta con el único objetivo de que su madre la abriera para que chupara tan suculento manjar.


Así se pasó un buen rato, entre dimes y diretes, entre su madre luchando y ella asumiendo su poder. La mañana de playa prometía, mar, sol, baño y ortodoncia playera.

01/09/2012

miércoles, 27 de febrero de 2013

Mirando al mar arremangada



Cuando llegamos a la playa, June se muestra tímida, como impresionada por el paisaje, como abrumada por el agua del mar que la mira desde lejos. Las olas en su sitio y June sin salir de sus toallas, con su visera blanca, su camisola y el pantalón vaquero arremangado y el bañador esperando agua.


De momento no nos suelta. Agarra a su madre con fuerza, sintiéndose segura, como entendiendo poco a poco lo que le rodea.


En nada comienza a tomar confianza. Su sonrisa regresa y desde ese momento ya no hay quien la pare.


Verlas a las dos, inundadas de sol y de felicidad, conviviendo juntas con el mar y la arena un día de playa de los que siendo tan normales se convierten en inolvidables.


Pronto saca sus juguetes y se pone a trastear con ellos. Toma su collar de bolas de colores y nada la detiene para quedarse con todo el mundo que le rodea. En la playa de Borizu vuelve la collares.


Os dejo con un vídeo del regreso de La Collares:



01/09/2012

martes, 26 de febrero de 2013

Últimos días de playa



Comenzaba el mes de septiembre, pero en Asturias los días de sol continuaban. Apurábamos nuestros últimos días agarrándonos a una playa y a un mar que olía a nueva vida. A June se le encendían los ojos y marchaba en busca de un agua salada que limpiara sus pequeños pies manchados de arena.


A estas alturas, se notaba que ya la afluencia de gente había descendido, la playa se mostraba virgen, pura en la mañana, casi sin huellas, era como si fuera nuestra y June se sentía en la gloria


No quiso ni parar en las toallas. Ordenó a su madre que la cogiera en brazos, todavía le daba un poco de respeto la arena, y le señaló el mar para ir en su busca.


En cuanto pudo se tiró al suelo y se asombraba con su ingenuidad infantil, pegando su sombra al agua, pegando el agua a sus pies.


Mientras el sol golpea ya con fuerza, el mar ruge al fondo con su tranquila sintonía. No se podía estar mejor.


A June ya se le notaban los colorcillos del moreno, pese a estar embadurnada en una gruesa capa de crema protectora, los rayos de sol habían hecho poco a poco su trabajo.


Caminamos por la orilla del mar. June vigía de sus propios pies nos llevaba a la izquierda, luego al frente.


Luego a la derecha, el caso era pisar la arena mojada, sin rumbo, sin pérdida.


Todo lo quería tocar y se dejó mojar sus piernecitas, pero era demasiado pronto y el agua todavía no estaba a su temperatura.


Pronto se cansó y pidió de nuevo brazos. La playa con la marea baja creaba un pasillo hasta el castro de enfrente, toda una avenida de arena.


Así seguimos en la mañana, en brazos y andando, persiguiendo a su sombra y soñando con beberse el mar. Eran los últimos días de playa y la despedida se tornaba paradisiaca.

01/09/2012

lunes, 25 de febrero de 2013

El fascinante encanto de la lavadora



Hasta ahora yo siempre había pensado que ese solitario electrodoméstico blanco que habita en nuestras cocinas y llamado lavadora servía en exclusiva para lavar la ropa. Pues estaba en un profundo error. Su ojo de cíclope produce un efecto imán en June. Al descubrir que además tiene una puerta que se abre un mundo de infinitas posibilidades se ha abierto en sus vidas y la vida de la lavadora y la de June se han unido en un no parar de meter y sacar cosas, a la vez que las ruletas giran por sorpresa y se colocan en programas de agua caliente que son capaces de destrozar cualquier prenda por muy sucia o limpia que esté.


June comienza a coger cosas de todos los lados, un tupper, un calcetín, un biberón y demás utensilios que pueden caer a su alcance. Desde ese momento se dedica a abrir la puerta de la lavadora y los mete y los saca, cerrando la puerta con una energía propia de alguien que se ha tomado todo un bote de Cola-Cao de golpe.


Luego tienes que tener cuidado cuando pones la lavadora, ya que para lavar los tupper está mucho más indicado el lavavajillas, electrodoméstico que todo sea dicho de paso, no provoca ni la mitad de la atención de sus pequeñas manos.


Así pasan todos los días, asombrados por el misterioso encanto de la lavadora y su tambor de acero inoxidable.

31/08/2012

viernes, 22 de febrero de 2013

El misterio de las zapatillas



Confirmado, a June le vuelve loca el calzado. Desde que ha aprendido a andar y hasta un poco antes, June no se siente vestida sin sus zapatillas o zapatos. Y no sólo eso, no le importa nada quitárselas cuando sube al sofá, y cuando se baja, por supuesto que a ponérselas de nuevo.


Para ella son como un juguete más, le encanta intentar ponérselas, y lo de menos es que acierte con el pie correcto, eso es lo de menos, se pasa un rato largo, dale que te dale, hasta que se cabrea y solicita ayuda para poder ponérselas.


Y eso cuando no las usa como arma arrojadiza, que tiemble el que está delante. Todo un misterio de lo de las zapatillas y June.

31/08/2012

jueves, 21 de febrero de 2013

Empieza pronto



Estábamos en un bar, disfrutando de un buen rato a media tarde. El día estaba fresco, como en esas tardes de Asturias que te recuerdan en el buen sitio que estás frente al sol demoledor que está cayendo en el resto de España. Llegaba la hora del adiós, y teníamos que marcharnos ya, y June se negaba a ello, empezó a decir que no, no, no y no.


Al abrir el plano de la foto, uno se pregunta si era por no querer ir a casa o por la Mahou, si puede ser, que dejaba detrás. Si es por lo segundo, empieza pronto.

31/08/2012

miércoles, 20 de febrero de 2013

Si-está June, siesta imposible



Después de comer en verano, se abre un momento en el que todo parece que pasa más lento, se entra en un momento Matrix y los cuerpos son atraídos por el sofá, a la vez que producen un efecto narcótico sobre los seres que se depositan en ellos. Y eso es lo que nos pasó a June y a mi, los dos nos quedamos en idéntica postura y agarrados de la mano mirábamos la tele buscando la siesta segura.


O al menos eso es lo que yo creía. Miraba a June y no había manera de que sus ojos se cerraran del todo. Por contra los míos lo tenían muy claro.


Finalmente se levantó, me movió de sitio, me tapaba con la manta, me empujaba y poco a poco ese efecto narcótico de la sobremesa se fue esfumando en lo que se convirtió en una siesta imposible pero con muchas risas.

31/08/2012

martes, 19 de febrero de 2013

Vuelve la tía de la vara



A los primeros rayos de luz de la mañana y después de un biberón goloso de miel reconstituyente, salimos fuera de casa para que June refrescara un poco las ideas y sin quererlo nos topamos con el regreso de la tía de la vara.


June tomó con fuerza su vara y volvió a recuperar sus poderes. Su chichón, aunque permanecía en su sitio y recordaba el impacto contra el suelo, había desaparecido para ella. Se sentía fuerte, con energía, sus poderes habían vuelto.


Se remangó una pata del pantalón, asió con fuerza la vara y como una Moisés del siglo XXI camino entre el césped separándolo con fuego a sus pasos. Los gatos se asustaron y se negaron a salir del refugio que les ofrecía la caseta.


June fruncía el ceño, apretaba los dientes, cualquiera se ponía delante. Que tiemble el mundo, que tiemblen nuestros políticos, vuelve la tía de la vara.

31/08/2012

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