Los últimos días de verano, además de comenzar a andar, había aprendido a memorizar y señalar algunas palabras. Ya sabía identificar perfectamente donde estaban los ojos, la nariz, las orejas, la boca y los dientes, y es en estos últimos donde dada su afición por llevárselo todo a la boca, ya que a ella le estaban saliendo dientes y muelas, quería practicar con nosotros lo mismo.
Aquel día en la playa tomó el sobrante del tirante del biquini y lo dirigió con certera puntería a la boca de su madre para que lo chupara y lo rechupeteara. Al principio era muy gracioso.
Pero cuando su madre intentaba cerrar la boca para que June cejara en su intento, June no se cortaba y metía la mano hasta la tráquea si hacía falta con el único objetivo de que su madre la abriera para que chupara tan suculento manjar.
Así se pasó un buen rato, entre dimes y diretes, entre su madre luchando y ella asumiendo su poder. La mañana de playa prometía, mar, sol, baño y ortodoncia playera.
01/09/2012