Un día de vacaciones, mientras el gallo repica-pica con su cacareo, June clama cariño desde su cuna en la otra habitación, y clama con fuerza, tanto re-clama que los cuerpos perezosos de sus padres se levantan en una mañana de vacaciones, mientras los primeros rayos inundan el ventanal de la habitación y la cama te atrapa más que nunca.
Recogemos a June de su pro-clama y después de calmarla la dejamos sobre nuestra cama, en nuestro hueco, ocupando nuestro espacio, y la miramos, allí dormida, tranquila, en una cama que se le queda enorme, con sabanas que junto a ella parecen cortinas, allí descansa, tranquila ya de su despertar, en nuestra cama, en nuestro hogar.
06/08/2011
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