La June del Silencio estaba contenta, ponía cuerpo de torera y parecía que en el centro de la plaza de toros esperaba al toro para ponerle dos banderillas de juguete. Y la verdad que no era para menos, había conseguido sacar a los gatitos de su gatera y los veía pasar de un lado a otro, ya que los gatos se encargaban de tomar las distancias precisas.
"Atitos, atitos, grrrrrrrr" mascullaba June mientras los veía ir hacia la izquierda.
"Atitos, atitos, grrrrrr" seguía mascullando June mientras los veía ir de un lado a otro.
Las sonrisas, muchas veces, se consiguen con muy poca cosa.
21/08/2012
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