Cuando venían a casa sus abuelos June lo disfrutaba mucho, y si además, como era en esos días, coincidían los cuatro abuelos, mucho más. Les sacaba todos sus juguetes y les deleitaba con el mejor de sus humores. Se mostraba graciosísima y no se perdía ninguna oportunidad para hacer cualquier gracia.
Los abuelos después de comer descansaban en hilera dejando todo el escenario y el protagonismo a June, que lo tomaba con gusto mientras les llevaba juguetes a sus abuelas, entre ellos granadas y pistolas de juguete.
La abuela Maribel no se anduvo con chiquitas y se hizo con el poder de una pistola. June se escondía para que no le disparara y a la abuela más gracia le hacía todavía, cualquiera le llevaba la contraria con semejante arma en la mano.
Después, a June se le cayó un poco de agua encima de la mesa y para qué quiso más, se hizo con una servilleta de papel y se dedicó a dejar bien limpia la mesa. Daba gusto verla moviendo el brazo como lo hace su madre.
Luego buscó a sus abuelos y se dedicó a jugar con una pelota mientras rodeaba la mesa y buscaba a su abuelo Marcelino como compañero de juegos. Así pasó la tarde que mirando a June no se hubiera acabado nunca.
22/02/2013