jueves, 24 de octubre de 2013

Paella y abuelos contra el frío



Era febrero y el frío arreciaba fuera de casa. Dentro el fin de semana pedía una buena comida al calor de la hoguera de esas que te quitan todos los miedos. Mis padres decidieron acompañarnos para evitar que Ana con el embarazo se desplazara y poder así disfrutar un poquito más de June. La comida estaba seleccionada, una rica paella hecha en la chimenea, y además era todo un reto ya que nunca antes la había preparado con leña.


La experiencia no fue mala, mucho calor eso sí, pero todo tenía un punto a las comidas de pueblo de antes que quitaba el sentido. Primero le tocó sofreírse a todo, y el olor con que se inundaba la bodega no tenía precio.


Allí estuve durante un buen rato, dándole vueltas hasta que echamos el arroz, se consumió enseguida con el calor que se generaba dentro y en un santiamén teníamos una paella para chuparse los dedos.


No dimos más que con media paella, pero la verdad que las dimensiones eran colosales. A nosotros no nos importaba ya que así teníamos comida para varios días. June, aunque no probó más que la "chicha" del conejo se lo pasó pipa jugando con us abuela.


Después tocó descansar un poco y acabar disfrutando de una tarde de domingo al calor de la chimenea. June se dejaba hacer de todo por la abuela y el abuelo asentía con envidia.


Finalmente June nos deleitó sacando todos sus juguetes por todos los sitios, provocando que su madre la tuviera que llamar al orden en más de una ocasión. Lo siento por que no catarais la paella, pero otra vez será.

10/02/2013

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