Al compás de acordes reconocidos, entre barullos callejeros infantiles y estallidos de películas de acción. June duerme. Al ritmo de su respiración todo se ralentiza. Su cuerpo, de vez en cuando se mece a popa, aún a riesgo de naufragar. Con la brisa de la tarde sus cabellos acunan a los sueños. En casa, sólo la tele habla, en nuestras bocas tan sólo una sonrisa envuelta en el espejo de su somnolencia.
07/07/2012
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