Jamás había sentido la vida tan inténsamente, recoger entre mis manos a June era algo tremendamente nuevo, muy especial y sensitivo. Tan frágil, tan mía, tan dormida. Sientes como respira, como vive, pero sabes tan poco de ella, por no decir nada, que todo parece superfluo y me gustaría que este momento no desapareciera nunca. Mientras te quedas dormida en mis manos, me haces sentir más vivo que nunca. Gracias June.
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