miércoles, 29 de febrero de 2012

La reina y la princesa duermen



La hora de la siesta es el momento del triunfo, un ratito de relax obligado en el que reponer las fuerzas de las horas de insomnio pasadas de la noche anterior, mientras la televisión en tono bajo sigue con una programación que chilla y sube la publicidad, sin darse cuenta que dos de sus espectadores han caído fruto del sueño.


June, ha caído la primera, rendida de sueño y con sus manitas hacia arriba, ronca y resopla como si le fuera la vida en ello. Es un placer verla así, inevitable no contemplarla en silencio, tirarle una foto y volverla a contemplar por otro minuto largo.


Giro mi cuerpo y veo a Ana, reventada de sueño y descansando durante unos minutos que le saben a gloria, intentando evitar escuchar unos lloros que indican que la siesta se ha terminado. Mientras la tarde todavía refulge con fuerza sobre el ventanal, los gatos pasean de un lado a otro maullando en silencio y la tele continúa con su letanía observo emocionado como la reina y la princesa duermen.

04/11/2011

martes, 28 de febrero de 2012

Dormida en mis brazos



Hay momentos que difícilmente se repiten en la vida, cada día que pasa June va creciendo, se hace cada vez más señorita, poco a poco pesa un poquito más, y no hay cosa más bonita que se me quede dormida en los brazos, la acuno sobre mi pierna haciéndole el caballito y poco a poco, aunque berrea un poco, va quedándose dormida y cayendo sobre mis brazos, os aseguro que hay pocas cosas más bonitas.

06/11/2012

lunes, 27 de febrero de 2012

La ciática y la glucosa hacen acto de presencia



Hace un año, a finales de febrero, después de la libertad lograda, Ana repartía las mañanas y las tardes en paseos por alrededor de casa, para arriba, para abajo, bordeando el Gállego, hasta el final de las vías verdes o paralela a la autovía, caminaba y caminaba aprovechando los días de buen sol que hicieron. Empezaba a notar ya algundos días cansancio, y sólo salía por la tarde o sólo por la mañana, hasta que apareció la maldita ciática, su mano derecha se aposentó sobre su riñón derecho y caminaba casi a la pata coja, teniendo que finalmente disminuir drásticamente los paseos.

Paralelamente, la prueba de la glucosa salió positiva, y tuvo que realizar la prueba larga, que también salió positiva, Ana se alarmó, tuvimos que ir a la endocrina y le puso un régimen, no de cantidades, pero si de calidades, yo lo hice también con ella en señal de solidaridad. Así empezaban los albores de marzo en el quinto mes de embarazo, sin poder andar casi y comiendo todo a la plancha, la prisión volvía, en cierta forma.

24/02/2011

viernes, 24 de febrero de 2012

Bicicleta, sonrisas y ni una palabra



Cada día uno descubre que tonterías hacerle por verla reír, así nos pasó haciéndole la bicicleta, las risas se consiguen, pero su madre se desesperaba por oírla decir algo, otra vez será.

30/09/2011

jueves, 23 de febrero de 2012

Aclimatación en el jardín de infancia



El segundo día en Patinete fue bastante mejor, June era la más pequeña del grupo, así que tenía distracción por todos los lados, habían momentos en los que no sabía a quien atender, niños por un lado, niños por el otro, uno que chilla, otro que llora, una que canta, otra que se cae, el entretenimiento era constante.


Susana, Raquel y Ana colaboraban en poner orden y sentido ante tal marabunta infantil, y doy fe de que lo consiguen, si aplicamos la fórmula matemática de lo movido que es un niño y lo multiplicamos por un número de niños considerable, el resultado debería ser catastrófico, pero no, a las pruebas me remito, todos los niños tienen su atención y su cariño por partes iguales.


Allí se quedaba June por unas horitas sola con todo el grupo de niños, mientras estaba su madre bien, cuando detectaba que había desaparecido las lágrimas y el berrinche surgían de serie, pero por suerte cada vez le duraban menos, la aclimatación estaba funcionando.

04/11/2011

miércoles, 22 de febrero de 2012

En busca de guardería



A finales de octubre emprendimos esa aventura desconocida como padres, que es la búsqueda de guardería para June, luego vendrán la de colegios y otras cosas que uno pensaba que eran mucho más sencillas. La estrategia para la guardería de June la teníamos clara, había que molestar a los abuelos lo menos posible y apañarnos nosotros de la forma más cómoda para nuestros horarios de trabajos, hasta aquí perfecto, el resultado, todo lo contrario. Nuestra primera opción fue cerca de la oficina, pero la visita a la guardería nos dejó un poco fríos, a sabiendas de que tampoco se podía esperar mucho más, luego visitamos otra por el barrio de Las Fuentes, que tampoco dista mucho de nuestra oficina, lo tenían todo muy bien montado para el business, demasiado para mi gusto, nuestra tercera opción, y última, era la que habíamos desechado por estrategia, era la guardería que está cerca de casa de mis padres y donde mi hermano también llevó a Daniel, la visitamos y nos gustó, al menos, en comparación con las otras dos, que uno no se hace especialista en jardines de infancia por haber visto tan sólo tres, el problema es que no tenían plaza para June, y eso sí que era un gran problema.


La guardería es Patinete, en la calle Pamplona Escudero, 12, Pilar nos atendió muy bien, e intentó por todos los medios ver si nos podía hacer un hueco ya que mi sobrino había sido ex-párvulo allí, se anotó nuestro teléfono y quedó en llamarnos. Nos encontrábamos en un callejón de difícil salida, o esperar, o apuntarla en la que teníamos cerca de la oficina aunque no fuera la más correcta de las decisiones, debatiendo este crucigrama estábamos al sabor de un buen café en el J3 y nuestro amigo Jorge nos dio la solución, casualmente su mujer trabaja en Patinete y casualmente acaban de tener a Diego, con tan sólo dos meses menos que June.


Jorge con inteligencia me apuntó el fracaso de la estrategia planteada inicialmente, —"mira que los críos se ponen malos a menudo, los tienes que dejar con los abuelos, así que mejor que la guardería esté cerca de los abuelos, para que les sea más cómodo llevarlos y traerlos"—, y tenía toda la razón, los abuelos, por suerte para los que podemos contar con ellos, son una auténtica válvula de salvación, generosamente, él se ofreció a hablar con Patinete para ver si nos podían aceptar, y dicho y hecho, a primeros de noviembre, June ya estaba inscrita en Patinete.


Ahora le tocaba el proceso de inserción y de abandono paulatino de la madre, un mes antes de su incorporación definitiva, desde Patinete trabajan muy bien estas conductas, y más que un lugar donde aparcas a tus hijos durante unas horas, se convierte en un lugar donde se trabajan conductas y se hace a los niños más autosuficientes. Así fueron los primeros días, madre e hija en la guardería compartiendo juegos, sueños y bocas manchadas de comida.


Los niños son muy graciosos, enseguida interactúan entre ellos, son conscientes de que sus padres no están, y más al ver otros, y también aprenden a saber que no pasa nada por ello, los unos aprenden de los otros, los pequeños son juguetes en los que tan sólo les aventajan unos meses, éstos observan con avidez y aprendizaje a los que ya han cumplido un año o más y están en las otras salas del jardín de infancia. Mientras juegan, todos aprenden a hacerse un poquito más mayores en su medida.


A June la cuidan Susana y Raquel, dos chicas maravillosas, la combinación perfecta entre dulzura y vitalidad, un poco de fantasía y sueños, mezclados con realidad y cariño. Los juguetes se esparcen por la sala en busca de niños que lo quieren tocar todo, después de un rato, su madre deja a June por una hora sola en su nuevo hogar educacional, ambas lloran, June a lágrima viva al saber que no está su madre, su madre lagrimea por dentro por distanciarse. Una hora que se hace eterna y no deja de ser insignificante en una vida, una hora que marca un antes y un después en la vida de June.

03/11/2011

lunes, 20 de febrero de 2012

Diálogo padre e hija



Me mira con unos ojos grandes y abiertos, me dice cosas que de momento no entiendo, yo intento explicarles las mías, pero confieso que me gustaría mucho más entender las suyas.

16/09/2011

viernes, 17 de febrero de 2012

Duermeabuela



Mientras en Pamplona el chupinazo ya había dado comienzo a las fiestas, mis padres vinieron a ver a June, medio dormidita todavía, estaba un poco intranquila, en manos de la abuela era todo un juguete, pero la abuela no ha perdido la costumbre de acunar a un bebé.

07/07/2011

jueves, 16 de febrero de 2012

June y el Estado de la Nación



Con apenas 19 días descansaba a nuestros pies mientras en la televisión los partidos políticos hablaban de lo divino y lo poco humano en el Estado de la Nación, los unos recriminando a los otros, y los otros recriminando a los unos, un partido de tenis que alteraba el descanso de June, aunque al final siempre vencía el sueño de alguien que recién llegaba a este mundo de locos.



28/06/2011

miércoles, 15 de febrero de 2012

16 Días de vida



June con 16 días de vida era un juguete entre nuestras manos, vista ahora su mirada parecía perdida, como anonadada por su nuevo escenario, todo parecía un suspiro, todo le quedaba grande, comenzaba su andadura en un mundo incierto cargado de amor.

25/06/2011

martes, 14 de febrero de 2012

Fotomatón



Teníamos que hacer unas fotos para la guardería que pronto iba a empezar June, y como siempre hasta el último día no nos acordamos, así que saqué cámara en ristre y en la oficina le hice una sesión de fotos de carné en la que a duras penas se pudo estar quieta, con casi cinco meses y posando para su primera ficha de colegio. Por algo se empieza.


02/11/11

lunes, 13 de febrero de 2012

Al calor de febrero



Recuerdo en estos días lo que pasó hace un año, con la ilusión renovada de un tiempo en el que ni me atrevía a publicar estas fotos o imágenes por el miedo a un desenlace no deseado. Las reviso ahora y me parece que valen el doble, parece que no haya pasado el tiempo y hace un año el mismo frío inundaba las paredes y enfriaba el ambiente intentando romper el cálido sueño que vivíamos.


En la bodega ardía el fuego y calentaba nuestros cuerpos, mientras, Ana descansaba con su tripita de embarazada al pie del hogar y a sus pies los gatos, Titán y Vito, dándole más calor y cariño, a sabiendas de que algo nuevo estaba pasando. En la tranquilidad de la tarde sólo nos perturbaba agradablemente algún movimiento de la pequeñita June, todo lo demás no existía, nuestro mundo se hallaba frente a una hoguera en el mes de febrero.


12/02/2011

viernes, 10 de febrero de 2012

El descanso de la guerrera



La tarde se muestra tranquila, duerme mi bien arropada entre el sofá y sus cojines, su respiración todo lo apaga y hasta la simpleza del tiempo parece que se para. Mientras ella duerme el silencio se acuna entre mantas de colores.


Duerme, duerme tranquila, que nada ni nadie te despierte, que el viento pare de golpear los árboles, que los pájaros muden sus alas y que los coches frenen a tu paso. Duerme, duerme tranquila que yo te cuido.


01/11/2011

jueves, 9 de febrero de 2012

Ocho meses de felicidad



Han pasado ya ocho meses, con todas sus semanas, con todos sus días y todas sus horas. Ocho meses de juegos, sueños, catarros, médicos, insomnio, y muchas cosas más. Ocho meses de sonrisas, de babear más que ella, de mirarla, de conocerla, de sentirla, de tenerla en casa.


Habrán pasado ocho meses, y se me han hecho cortos, pero ya llevo media hora sin verla y me parece el tiempo más largo del mundo. Felicidades cariño.

miércoles, 8 de febrero de 2012

El segundo paseo, en la gloria



Tal día como hoy, hace un año, Ana pudo dar su segundo paseo, con pocas fuerzas todavía y con los músculos todavía acartonados por tanto tiempo en la cama, los pasos se hacían lentos, pero la sonrisa era imborrable, la alegría que sentía por dentro hacía sonreír hasta a la criatura que llevaba dentro, aquel sueño, hoy es una realidad, y mirar por la puerta del tiempo su alegría se convierte en un bálsamo de heridas, en el ungüento perfecto que calma dolores y cicatrices a veces mal curadas.


La veía y me sentía feliz con tan sólo mirarla, orgulloso de compartir la vida a su lado, agradecido de acompañar su valentía y temeroso del camino que quedaba por delante, pero con tan sólo mirarla todo recelo se desvanecía y lo más insignificante se hacía verdaderamente maravilloso.


Se sentía como quien ha superado una gran prueba, un gran reto, y pese ha que yo apaciguaba, muy a mi pesar, la euforia conseguida, pensando en el resto de la competición, ella ya se sabía ganadora, y yo desde mi racionalidad no lo podía ver. Ha pasado un año y su sonrisa no se ha borrado, la mía tampoco.

08/02/2011

martes, 7 de febrero de 2012

El descanso de la mala pata



A finales del mes de octubre el abuelo Marcelino se fracturaba la cadera intentando colgar una lámpara, una mala pata que le llevó al hospital, y de allí a una operación para colocarle una prótesis de cadera. Ya operado su nieta June no podía por menos que ir a visitar a su abuelo, aunque con tanta emoción, ambos quedaron derrotados.


Los abuelos se quedaron como locos con la llegada de June, pronto se olvidaron los malos ratos de la UCI y el mal trago de la operación, mi padre se mostraba fantástico, parecía que estaba en casa, fue ver a su nieta y olvidarse de todo lo demás.


La abuela no soltaba a su nieta, y la nieta se dejaba querer, me recordaba la imagen a la de mi abuela con mi hermano de pequeño, muchos años entre medio y el mismo cariño y amor en los gestos, las mismas manos, fuertes y arrugadas, la misma sonrisa y el mismo apellido.


Con tanto movimiento, a June le entró hambre, y después de su buena razón de pecho se quedó frita, dormidita sobre el sofá del hospital, en una habitación muy cerca de donde nació apenas cuatro meses antes, en el mismo sofá donde dormía, o lo intentaba, para verla llegar todas las noches de madrugada cuando tan sólo tenía horas y días de vida.


Lo mejor de todo es que abuelo y nieta se quedaron dormidos a la vez, acompasando sus soplidos al son de una tarde cálida en la que el solo verlos, tranquilizaba, y más, después de los días pasados, entre quirófanos, médicos y batas blancas.


Allí descansaban los dos, ajenos a lo que pasaba en el mundo, felices y bien comidos, como si no estuvieran en un hospital, y todos los demás, como unos tontos, mirándolos dormir, en silencio, con hambre y sin poder dejar la habitación, después de la mala pata sufrida, era el momento del descanso merecido.

28/10/2011

lunes, 6 de febrero de 2012

Libre, hace un año



Ayer hacía exactamente un año en el que Ana pudo por primera vez salir a dar un paseo con tranquilidad, pudo abandonar la prisión en que se había convertido nuestra habitación y tomar unos rayos de sol, en un febrero que se mostraba muy benigno. Abandonamos parte de algunos miedos para retomar otros por el camino, tocaba emprender nuevos retos en el ocaso de la tarde.


Ana se mostraba feliz, libre, no había sido fácil convivir a todas horas con el recelo como compañero de cama, la habitación se había hecho más pequeña todavía, la doble prisión llamaba a la vida, y la vida también luchaba en su refugio interior. June parecía que por fin se había agarrado y no se quería soltar, y ahora le tocaba a su madre estirar un poco las piernas, soñar con esa tripilla incipiente y caminar para perder un poco del peso ganado en el cautiverio.


El sol del final de la tarde puso el ambiente a la recuperada libertad, su primer paseo alrededor de casa se convirtió en un gran espectáculo de luz y calor, una puesta en escena medida a la altura del evento. Paseamos con lentitud, atravesando el frío seco, animándonos el futuro, que lo cifrábamos en lo breve, en lo inmediato. Los árboles afinaban sus ramas al compás del naranja del sol. En nuestro primer paseo atardecía, pero un nuevo horizonte se iluminaba.


Y siempre con la duda de que no fuera un espejismo, que el camino ya recorrido, tan duro, tuviera justo premio, que la fortuna no nos diera la espalda ahora, ahora menos que nunca, en un día de celebración, de recuperada libertad, en el que vimos la luz por primera vez y brillaba más que nunca.

05/02/2011

viernes, 3 de febrero de 2012

Sueño en rojo



Duerme mi niña arropada en rojo, cubierta de rosas y con su chupete azul,
duerme mi niña al son de la tarde, sin sonrisa ni ojos que cerrarte,
duerme mi niña sin miedo ninguno, que mi ángel estoy dispuesto a prestarte,
duerme mi niña que pronto viene la luna, que pronto llegará el sol.

23/10/2012

jueves, 2 de febrero de 2012

19 Semanas y media con Iranzo



Después del tiempo pasado, corto, pero largo en vivencias, vuelvo la vista atrás, y recuerdo que hace un año asistíamos a las visitas con nuestro obstetra, Jorge Iranzo, temerosos de sus exploraciones y deseosos de saber que todo iba bien, y que todo seguiría como deseábamos. Salíamos felices, ilusionados y con ganas de seguir luchando por lo que tanto habíamos deseado.


Ahora hace un año que se cumplían las 19 semanas y media de embarazo, Jorge nos dio los primeros toques relativos al peso, pero Ana sin poder levantarse de la cama, lo tenía bastante difícil y además disfrutaba cuidándola y haciéndole los platos que más le gustaban, viniendo todos los días a comer con ella para sacarla un poco de su encierro obligado.


El hematoma parecía que empezaba a desaparecer y nuestro porcentaje de éxito aumentaba, aunque éramos conscientes que quedaba mucho camino por delante. Miro desde hoy aquella cartilla médica y entre líneas se me quedan muchos momentos duros, a la par de los buenos, y la veo como el plano de una batalla que ganamos.

miércoles, 1 de febrero de 2012

June y su familia de Huesca



Una tarde de finales de octubre tuvimos la siempre agradable y cálida visita de Josema, Cris, Paula y Claudia, la familia de June de Huesca. Mis amigos como siempre fantásticos, con ganas de no soltarlos, de quedármelos por mucho más rato, las pequeñas, cada vez más grandes, cada vez más mujercitas, Paula en pose de femme fatale con la mano hacia adelante y sus gafas de diseño; Claudia siempre de sonrisa permanente, posa junto a su padre compitiendo en moreno genético.


June los recibió con un "me acabo de despertar y de donde ha salido tanta gente", pero enseguida tornó a reírse de nuevo y a jugar con las mellizas. Una gran tarde, de diálogos rápidos, para intentar contarnos cosas en el menor tiempo posible, una gran tarde de amistad. Da gusto teneros cerca chic@s.

22/10/2011
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