viernes, 5 de abril de 2013

Tarde de juegos



La tarde se marchitaba con el bostezo de la sobremesa. Mientras su madre descansaba merecidamente, June compartía conmigo una tarde de juegos, televisión y sofá. Primero atacó con los "bobos" que es así como llama a los globos. Ella los chuperreteaba, y me daba a mi uno para que se lo hinchase, luego se lo daba y lo mordía sin talento, sin miedo a que le estallase en la cara, es lo que tiene la inocencia.


Luego me los pedía y le encantaba soltarlos y dejarlos volar con su propia propulsión de un lado para otro sin origen ni destino. Luego corría a buscarlos, los volvía a chuperretear y me los pasaba para que se lo inflase. Me santiguaba y vuelta a empezar la operación de los globos.


Luego se paraba y se quedaba mirando la televisión, se daba cuenta que lo que había no iba con ella, y se volvía a mirarme, me provocaba y nos reíamos los dos. La miraba y me sentía niño, casi tanto como ella, casi un poco más.


Luego le tocó el turno a Pelocho, ella lo movía y Pelocho hablaba. Se sorprendía de la conversación que le daba el muñeco y me miraba intentando entender esa voz imitada que surgía desde mi garganta. Nos miraba a uno y a otro, y me reía, jamás pude pensar que me parecía tanto a Pelocho. Fue una tarde de juegos más, pero una tarde inolvidable.

26/10/2012

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