Los días amanecían con un sol radiante. A medio día, el sol, seguía sin desfallecer. Llevados por su imán llegamos hasta el mar y entre cervezas con, cervezas sin y agua mineral nos dejábamos llevar por unas olas que amansaban nuestros cuerpos salvajes. Mirando el mar, mirando, mirando.
Os dejo un vídeo con una versión de Javier Krahe del fenomenal Mirando al mar de Jorge Sepúlveda.
02/11/2012
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