martes, 2 de abril de 2013

¡Pal Pilar sale lo mejor!



Por fin llegamos a la plaza del Pilar, el día se volvió por momentos mucho más ventoso y raro. Mientras la gente se agolpaba para dejar sus ramos de flores, June lo observaba todo con cierto aire serio, casi parecía enfadada, apenas se quería despegar de su madre. Pasado y presente se fundían en el tiempo siempre cargados de una devoción por la que parecía que no pasaba el tiempo.


Las fotos me recordaban a esta imagen que databa de 46 años atrás, en las que mis padres sostenían a mi hermano que tenía casi diez meses cumplidos, y aunque no lo parezca estábamos toda la familia juntos, ya que en esta foto mi madre estaba embarazada de mi de un mes, aunque no sé si en ese momento era muy consciente.


Madre e hija repartían besos mientras el resto de la familia se apostaba para salir en la foto. Por prudencia mi padre se había marchado ya para casa, para evitar que se cansara en el paseo.


La abuela Carmen fue la primera en tomar el relevo, colocó bien la falda y el delantal de June y se apostó para salir con su nieta en la foto.


El abuelo Pedro se apostó detrás para hacerse con June lo antes posible. Pero se mascaba la tragedia.


Pedro Hipólito se hizo con June, pero June no tenía las mismas intenciones. Durante unos breves y tensos segundos June intentó zafarse de sus brazos y buscaba a su madre desconsoladamente.


Luchaban entre los dos y los gritos de rabia surgían por ambas partes. Una dura pelea discurría mientras la gente dejaba los ramos de flores tan tranquila, sin percatarse del drama que se vivía en la plaza.


No obstante, Pedro Hipólito, sacaba tiempo para posar entre foto y foto.


Me tocó intervenir para apaciguar las aguas y por suerte June se calmó de nuevo.


Eso no le evitaba prestar atención a lo que estaba ocurriendo con el manto de la virgen.


Pero Pedro Hipólito y la abuela Carmen no tardaron en aparecer de nuevo, para pena de June, a la que le duró muy poco la calma y la paz.


Todos intentaron posar lo más guapos posible, pero June no estaba por la labor.


Nos marchamos un poco del centro de la plaza y June volvió a recuperar la sonrisa entre los brazos de su madre que rebosaba de felicidad por tener a su hija en fiestas del Pilar y por lo que estaba empezando a crecer dentro de ella.


Mientras el viento hacía acto de presencia y enfriaba hasta las sonrisas, mis dos niñas disfrutaban de su compañía con el telón de fondo del manto de la ofrenda.


Para acabar una foto de conjunto familiar, y con un Pedro guerrero esperando volver a tomar en sus brazos a su nieta. Por suerte June se acordó de mi y me señalaba con el dedo.

12/10/2012

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