miércoles, 31 de octubre de 2012

June en San Lorenzo



Aprovechando un hueco que pudimos sacar fuimos a pasar el día en Huesca que se encontraba en plenas fiestas de San Lorenzo. A June le costó entrar un poco en calor y con su vestido blanco y el pañuelo verde lo miraba todo con gran curiosidad.


Giraba la cabeza de un lado a otro, asombrándose de todo lo que veía, en una Huesca que se despertaba de la noche anterior con muchas gafas oscuras y camisetas blancas inmaculadas recién estrenadas por la mañana.


Los puestos de sombreros y de globos lo tomaban todo en la ciudad, llenando de color una mañana en la que el calor hacía honor a la fiesta y a la parrilla de San Lorenzo.


Mientras nosotros aprovechábamos a tomar una cervecita, June aprovechó para comer y se puso de yogur hasta arriba, mientras los danzantes bailaban enfrente suyo.


Con las niñas de Josema y las de Tin, June se sentía la reina de la fiesta. Las miraba y se reía con ellas deseando salir de la silla. Fue un gran día, de reencuentro de amigos al calor del sol de agosto.

11/08/2012

martes, 30 de octubre de 2012

Paseo durmiente



Por la mañana, había salido a pasear a June su madre, aprovechando todavía un poco de fresco de la mañana y así poderme dejar descansar un poco de la dura noche hospitalaria. Aunque no había sido fácil, finalmente se había quedado dormida, pero con la postura con la que llegó, más parecía que se había quedado borracha. El paseo había sido ciertamente durmiente.

06/08/2012

lunes, 29 de octubre de 2012

June, la alegría en los miedos



Pese al calor, pese a la prohibición, pese a lo que pese, las visitas de June al hospital en que su abuelo se encontraba postrado, eran una pura bendición. El Clínico se había convertido en una celda donde una sonrisa infantil lo llenaba todo de alegría y hacía desaparecer cualquier tristeza.


Su madre se encargaba de traerla, y así poder verla después de las largas noches, que tanto mi hermano, como yo, dedicábamos a cuidar a nuestro padre. En cuanto podía, y no me veían los celadores pasaba con June dentro del hospital. A su abuelo se le cambiaba la cara, le hacía sonreír y le daba fuerzas para salir cuanto antes.


Pero sus analgésicas visitas, no sólo aliviaban a mi padre, a todos los demás, nos repartía sonrisas y alegrías sin parar. En la cafetería, compañera de cenas a deshoras y cafés revitalizantes, se subía a la mesa y se convertía en la reina de la fiesta, alegrando a su abuela y por un momento, aunque breve, haciéndole olvidar cualquier pena.


En la sala de espera, con su tío, corría de un lado a otro persiguiendo a su primo Daniel, que armado con una pistola láser, corría de un lado a otro de la sala, provocando el desriñonamiento de mi hermano que tenía que seguir a June en la persecución de su primo.


Con June, los días se hacían más cortos, las noches ansiosas y las esperas más breves, era el punto de alegría en un vivir lleno de miedos.

04/08/2012

viernes, 26 de octubre de 2012

Con bragas y a lo loco



El día había amanecido caluroso. Así que Ana realizó una de las cosas que más le gustan cada mañana, abrir el armario de la ropa de June y vestirla, de la misma forma que de pequeña vestía a las muñecas, las acicalaba y las mimaba. Decidió ponerle un vestido rosa veraniego de tirantes, y la verdad que June estaba guapísima. Hasta aquí todo normal.


El problema vino cuando nos paramos a tomar algo en un bar y se dio cuenta al mirárle el pañal, que el vestido venía con una braguita a juego cosida con un punto dentro del vestio, braguita que por supuesto, no había visto, ni le había puesto. Así que se la quitamos y para lucirla con cariño se la puse en la cabeza, a modo de gorro. A June le encantó y parecía toda una Celia Cruz u Omara Portuondo.


Allí se quedó un buen rato, chupando su cubo hasta comerse el papel, mirando a la gente que se le quedaba mirando, mientras nosotros no podíamos parar de reírnos.

04/08/2012

jueves, 25 de octubre de 2012

Soy una punk



Tener al lado a June y hacerle travesuras, es todo uno. La tenía junto a mi, sentada a mi lado, un poco despeinada, así que no pude evitar adecentarla un poquito. Su imagen punk hizo furor en casa. Mi hermano, prefería no mirar. Ana, se reía pero pensaba, quítale eso. Mi madre, directamente decía "quítale eso". Carolina, reía. Mi padre seguía recogiendo la mesa y preguntando por cuarta vez si alguien quería café. Y June, me miraba intentado que le enseñara a hacer una A dentro de un círculo, cosas que tiene la vida.

Os dejo con la canción de Aerolíneas Federales que pone música a su foto:



03/08/2012

miércoles, 24 de octubre de 2012

June Hepburn



June Hepburn, ha vuelto. Con el pelo un poco menos cuidado, sin joyas, por vestido negro una camiseta más surfera y chillona, y por escaparate de Tiffany's las vidrieras de un hospital, pero lo importante es que ha vuelto.


Habíamos ido a ver al hospital a mi padre y Sandra había venido de propio desde Toledo para hacerle también una visita. June enseguida se quedó con ella, y más todavía con las gafas que llevaba.


Y claro, Sandra que veía que no hacía más que mirarlas, no se le ocurrió otra cosa que ponérselas y ahí sucedió la transformación de June Hepburn, en las siguientes fases:


Fase I: Está todo controlado
Voces: ¡Sandra! no te dejes coger las gafas, que June es un peligro.
Sandra: Na, na, tranquilos que no pasa nada, ahora se las quito.
June Hepburn: ¡Anda! pues va a ser que detrás de estos cristales de botella de cerveza hay unos ojos. ¡Trae p'cá!


Fase II: ¡Ayuda!
Voces: ¡Ya lo ha conseguido! Mira que te habíamos avisado.
Sandra: Pues va a ser que tira con fuerza la niña, es fuerte la borrica.
June Hepburn: ¡O sueltas o te arranco el escafoides! ¡Vas a ver cómo me quedan a mi!




Fase III: ¡Qué nariz más grande tienes!
Voces: Me parto, me mondo y melirondo.
Sandra: Pero si es que te quedan grandes, con esa naricita que tienes.
June Hepburn: ¡Para nariz grande la tuya! Lo que pasa es que pongo la cabeza para atrás.





Fase IV: Ya la has "liao" parda
Voces: Ahora, a ver quien es el guapo que se las quita.
Sandra: Pues está mona. Tendré que ir ahorrando para comprarme otras.
June Hepburn: ¡Jo, si que se ve mal con esto! Se ve todo como por las noches desde la cuna. Hay que hacer todo un esfuerzo para mirar por encima. Lo siento, aunque me quedan mucho mejor que a ti, ya me las estás quitando.



03/08/2012

martes, 23 de octubre de 2012

Taca, taca, taca, tacatá



En Asturias se había soltado June y ya había comenzado a dar sus pasitos de la mano. Allí no teníamos tacatá, así que nada más llegar a Zaragoza la colocamos en su vehículo heredado de su primo Daniel. El coche era para verlo, soltaba sonidos de todos los sitios como si fuera una discoteca móvil, y eso precisamente, era lo que más atraía a June. Al principio lo cogió con muchas ganas y daba gusto ver como sus dos pies resbalaban por el suelo, pero al poco pedía salir, ya que la muy "viva" prefería condenar nuestros riñones y que la llevásemos de la mano.

Os dejo con un vídeo que demuestra lo que os digo:



29/07/2012

lunes, 22 de octubre de 2012

Una cabezadita



A finales de julio en Zaragoza el calor era importante, y más después de haber venido desde Asturias con sus benditas temperaturas. Los días eran complicados, yo empezaba a pasar una noche sí, y otra no en el hospital para cuidar de mi padre, y la diferencia entre el día y la noche eran confusas. Mientras preparábamos cosas en casa, dejamos a June en su trona, diciendo cosas ininteligibles y riéndose. De repente dejamos de oírla y cuando nos volvimos nos la encontramos así, profundamente dormida.


Su propio cansancio le había hecho caer con un sueño de cabeza en caída libre. Dormía tan plácida que de su boca salía un ronquidito tierno. Por un momento nos quedamos embobados, sufriendo el efecto pecera que producen los niños y sin saber muy bien, si enderezarla o dejarla como estaba por no perturbar el sueño.


Allí, mirándola, con esa tranquilidad que me aportaba, cualquier problema se hacía pequeño.

29/07/2012

viernes, 19 de octubre de 2012

Los tíos con la boca abierta



Recupero unas fotos que se me habían pasado del cumpleaños de su tía Carolina en mayo. Una pena que no pudo estar Daniel ya que le tocaba colegio, pero con un globo June era la más feliz del mundo, la pena era que se acaba de levantar de la siesta y estaba con esa cara que tiene June nada más despertarse.


Sus tíos se dedicaron a hacerle tontunas en busca de una sonrisa que June alargaba. Ver a sus tíos con las bocas abiertas era un puro espectáculo.


El abuelo, un poco envidioso chupaba cámara, mientras su tío Alfonso se empeñaba en desaparecer tapándose con sus dos manos sin conseguir ningún éxito.


Aquí estaba el abuelo, y la cumpleañera luciendo con orgullo a June y su globo.


La abuela y la madre, por supuesto, tampoco se podían perder la fiesta. Felicidades Carolina.

17/05/2012

jueves, 18 de octubre de 2012

La ropa desperdigada



El 28 de julio nos tocaba volver de Asturias corriendo ya que mi padre había sido hospitalizado. Un derrame cerebral le dejaba en una habitación de un hospital y las vacaciones en Asturias ponían un punto y seguido. Casi sin tiempo hicimos las maletas y regresamos a Zaragoza. La vuelta no tenía ese sabor de otras veces, y muchas cosas pasaban por la cabeza. Nada más llegar dejamos a June en el salón e íbamos descargando las maletas y las bolsas del coche. Para cuando nos quisimos dar cuenta, June había dado buena cuenta de varias bolsas y lo había desperdigado todo por el suelo.


Con su vestido blanco, una vez que hizo la travesura se colocó sobre la terraza, mirando sobre sus puertas, todavía enrejadas, a la maceta grande que es nuestro jardín. Parecía simbólico que después de estar en el norte buscaba lo verde de casa con un calor que en Zaragoza se volvía casi axfisiante.


Sobre el suelo nos encontramos su piscina hinchable, el hinchador, ropa, más ropa, y muchas más risas cuando de repente nos encontramos el espectáculo que nos había montado. Por un momento la tristeza y los miedos se apartaron y la sonrisa más grande del día nos la provocó June.


Ella seguía un poco perdida, volviéndose a encontrar en casa y deseando ser libre y volver a la naturaleza. Gracias June, por hacer esas cosas que desde tu inocencia, despiertan la nuestra.

28/07/2012

miércoles, 17 de octubre de 2012

June y el Alimerka



La mayoría de las veces suelo ir yo sólo a hacer la compra, pero en esta ocasión me tocó ir con Ana y con June, craso error (lo digo con la boca pequeña). Nada más llegar al Alimerka y tras aparcar el coche en su garaje montamos a June por primera vez en un carrito de los de la compra. Le encantó, eso de ir en movimiento y verlo todo en altura parecía una cosa interesante.


Lo que no lo era tanto, era que disponía de libre acceso con sus manos a todo, que nosotros dejábamos algo en el carro, pues ella que lo quería coger, y no paraba hasta conseguirlo aunque fuera a grito limpio, por suerte no se atrevía con las cajas de 6 de leche o con las litronas de cerveza. Cuando tenía algo en sus manos, pues siempre tenía que tener algo, existían dos probabilidades, una que lo tirara dentro del carro y otra que lo tirara fuera, lo peor era que no viéramos lo segundo.


Cuando llegamos a caja y después de intentar coger unas pilas que no queríamos, sufría mirando como una señora nos cogía todo lo que llevábamos en el carro y lo tiraba hacia el fondo, y más aún cuando le tuvimos que quitar el champú de las manos para pasarlo por el código de barras, objeto que tuvimos que reponer, casi instantáneamente, de nuevo en sus manos. Por supuesto nos encontramos con algún producto que nosotros no habíamos echado al carro y del que sabíamos perfectamente la autoría del hecho. Creo que sobra decir lo que costó sacarla de su "buga" maravilloso. Bonita tarde de compras.

26/07/2012

martes, 16 de octubre de 2012

Traviesa no, lo siguiente



Si se nos ocurre dejar un segundo sola a June, nos la lía parda, con esa carita de niña buena y esos ojos que sólo desprenden bondad (tan sólo su sonrisa la delata), siempre está intentando descubrir cosas nuevas, aunque haya obtenido un "no" anterior. Así había pasado con la bicicleta, le habíamos advertido que no se acercara a ella. Teníamos miedo de que se le cayera encima. June asentía, pero al darnos la vuelta tan sólo un minuto, la encontramos así, con toda la cara pintada de la grasa de la bici.


No se le había ocurrido otra cosa que tocar los engranajes y le había hecho gracia esa capa negra que había encima de ellos.


Y luego claro, se pasó la mano por encima de la cara y el resultado fue el que podéis ver en las fotos. Para cuando nos dimos cuenta, no podíamos ni echarle una reprimenda, nos estábamos riendo por los suelos sólo de verla a ella. June veíamos que nos reíamos y sin entender mucho por qué, a sabiendas de que había hecho algo malo, se reía también por solidaridad.


Pero es que con esa cara a quién queremos engañar. Traviesa no, lo siguiente.

25/07/2012


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