Han pasado ya ocho meses, con todas sus semanas, con todos sus días y todas sus horas. Ocho meses de juegos, sueños, catarros, médicos, insomnio, y muchas cosas más. Ocho meses de sonrisas, de babear más que ella, de mirarla, de conocerla, de sentirla, de tenerla en casa.
Habrán pasado ocho meses, y se me han hecho cortos, pero ya llevo media hora sin verla y me parece el tiempo más largo del mundo. Felicidades cariño.
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