martes, 4 de octubre de 2011

El despertar de la siesta



Tarde en Asturias, sopor de sobremesa, después del entrecot de ternera, una enorme ensalada y una riquísima tarta de queso, a todos nos pesan los párpados y otras cosas. El sueño nos puede y a June entre el silencio de la tarde Morfeo la acuna en el silencio de la tarde. Olor a hierba que el sol calienta, olor a café recién hecho, olor a tranquilidad.


June duerme a la sombra, las moscas revolotean a su alrededor y su madre las persigue con cara de psicópata, yo me levantaría, pero se está tan bien sentado, las sobremesas son malignas.


June mueve sus brazos, atrae nuestra atención, la tarde calmada se torna con novedades en poco tiempo.


June abre sus ojitos, están tan dormidos como los míos, su chupete parece más grande que ella, se mueve lentamente, con pasividad, se está despertando, pero se la ve tranquila.


Opiné demasiado rápido, sus movimientos se vuelven convulsos, se masca la tragedia.


Un movimiento rápido y el chupete pasa a ser historia, parece que esboza una media sonrisa, tal vez aguante un rato tranquila, todo ha sido una falsa alarma, le gustan los sonidos cacofónicos que hago con mi boca.


Horror en el hipermercado, en una tarde de agosto tranquila, June irrumpe con fuerza, los grillos se esconden, las moscas se asustan, la gente despierta de sus siestas, si June se despierta, todo el mundo arriba, se acabó la sobremesa.

12/08/2011

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