June no para quieta, si te descuidas un segundo, con su culo arrastras ya ha llegado hasta el otro extremo de la habitación, algunas veces, intenta un derrape de 360 grados sobre la baldosa abrillantada del salón y esto provoca cierta pérdida de equilibrio que provoca una precipitada caída de su cabeza hacia la baldosa. Desde lejos lo vemos todo en cámara lenta, como si fuera la película de Matrix, intentamos llegar en su auxilio, pero sólo llegamos a oír el impacto de su frente contra el suelo y a apaciguar el primer llanto.
Y así van cayendo uno tras otro los coscorrones, pero por suerte, June es dura, en nada se le pasa el dolor y ya está en la otra esquina de la habitación derrapando de nuevo y provocando nuestra cara de susto y alivio al ver que esta vez ha aguantado el equilibrio. Al final cae dormida, sin dolores, pero con la huella de los impactos en su frente, sólo verla, calma cualquier herida.
15/04/2012
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