Entraban los primeros días de junio con todos sus calores y todos sus colores. La abuela recién salida del hospital con la operación todavía caliente de su prótesis de rodilla, celebraba su cumpleaños, al que June no podía faltar, ni tampoco la tarta que encabezaba una serie de cumpleaños que venían seguidos en el mes de junio.
June como siempre que se junta con su primo Daniel, revoloteo a su lado provocándole por activa y por pasiva, mientras su primo la esquivaba con suma maestría y de vez en cuando le soltaba un abrazo o un beso.
Su tío tampoco faltó, y se convirtió en todo un realizador de vídeo con su nuevo móvil Samsung, del que no se despegó más que para comer la tarta.
Gusto por los dulces que ha heredado Daniel, que se apostó rápidamente sobre la mesa en el momento en el que tocaba poder catarla. Vela de decoración a falta un número grande de las mismas y muchas ganas de soplar y cantar el feliz cumpleaños.
Por fin llegaba el momento, Daniel parecía que se iba a arrancar a cantar unas jotas y mi hermano, como no, no se perdía detalle con su nuevo móvil.
La abuela disertaba mientras ordenaba a su hermana, que había venido para cuidarla un poco tras la operación, que fuera de aquí a allí o que trajera esto o lo otro. Mi hermano seguía rodando.
June no cató la tarta, pero disfrutó del primer cumpleaños de la abuela juntas, seguro que vendrán muchos más.
03/06/2012
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