Todavía era temprano, pero las terrazas habilitadas para los fumadores ya estaban preparadas para la llegada de los poteadores en la cuesta. Las mismas calles en las que Ana y yo habíamos recorrido en madrugadas frías y tardes veraniegas, al compás de los amigos, y con la banda sonora de nuestros grupos preferidos, ahora, las compartíamos con June, resultaba maravilloso ver como el tiempo pasa y las cosas se ven iguales, pero muy diferentes.
04/05/2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario