Ya son las siete, es la hora en que June tiene que ir empezando a pensar en dormir. La miro y me mira. Creo que no está mucho por la labor de dormirse. El biberón parece que le ha dado nuevas energías. Fuera una bonita tarde continua con mucha luz que entra en la ventana. No será fácil la batalla.
June salta y brinca sobre el sofá. Me provoca mientras se agarra de la mano de su madre para no caerse. Ya son las siete y media. El problema creo que va a más. No se ve ni un atisbo de sueño ni en lo más remoto. Ya se cansará pienso.
Al segundo me doy cuenta de que soy un ingenuo. June está feliz. Salta a por mi como una posesa repleta de una sonrisa que le llega de lado a lado. Las ocho. Doy la batalla por perdida, a cada cosa que le digo parece que la activo mucho más. Será mejor callarme.
Del otro lado del sofá surge una voz. —"June, es hora de dormir"—dice su madre con rotundidad. June me mira, aprieta el morro y con su mirada me dice que se le ha acabado el chollo. Hasta mañana June.
28/08/2012
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