En el porche de nuestra casa en Llanes una campana preside el paso y los despertares de la mañana. Un día entre paseos de carro e intentos de dormir la siesta, June la descubrió.
La miraba como si fuera el mejor invento tecnológico de la década, nos la señalaba todo el rato para que le diéramos la campanada. Así que nos tuvo toda la tarde tañendo la campana para disgusto de los que a esas horas sólo pensaban en la siesta, pero si alguien estaba dando la campanada esa tarde, esa era June.
29/08/2013
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