lunes, 19 de marzo de 2012

Esto no se ve todos los días



Y es que ver al abuelo Pedro Hipólito con un nieto o nieta en sus brazos no es fácil, pero como podéis ver tampoco imposible. June se dejaba querer por su abuelo, tomaba distancias, pero se dejaba querer, nos miraba con esos ojos que dicen –"sacarme pronto de aquí"– pero aguantaba mientras su abuelo le repetía las mismas cosas una y otra vez.


La miraba, y poniendo morritos (el abuelo), intentaba coaccionar a la nieta, preguntándole cual espejo mágico a qué abuelo quería más, y le recriminaba, en cierta forma, que no le contestara. June miraba aturdida y escuchaba los ruidos que en forma de palabras salían de la boca de su abuelo.


Poco aguantó de pie Pedro y buscó asiento para continuar charlando con su nieta, que ya miraba de un lado a otro en busca de ayuda y de algo de libertad, mientras el abuelo seguía insistiendo –"¡qué tienes que querer mucho al abuelo Pedro que te llevará a Anguiano, y a la abuela Carmen, que te dará la paga, si eres buena, por que si eres mala, nada de nada! ¡me estás oyendo June!"—


Finalmente June pidió ayuda a pulmón partido, mientras su abuelo se seguía preguntando por qué le lloraba, con lo bien que había estado todo el rato. Así acabó un suceso poco visto y un documento histórico incalculable, Pedro Hipólito teniendo en brazos a su nieta, esperemos que no sea el único.

19/11/2011

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