Cuando toca ir a Vitoria, June se convierte en un objeto deseado, pasa de mano de abuela, a mano de madre, de mano de madre a mano de tío, de mano de tío a mano de abuelo, de mano de abuelo a mano de abuela (que se lo quita rápido), de mano de abula a mano de tía, de mano de tía a mano de otro tío, de mano de otro tío al otro tío, y ese fin de semana por fin a las manos de Inma, de mano de Inma a mano de Inma, su tía por parte de abuelo, grande de Anguiano y marquesa de Baños, la mira y la remira buscando parecidos razonables, principalmente de los García de toda la vida.
June se acomoda entre sus brazos, haciéndole pagar tanto movimiento de ida y vuelta con un llanto pronunciado, Jesús, observa como su madre está al quite preparada, asiente el cambio de tercio y salva a Inma del suplicio martirizador que supone el llanto de June, es lo que tiene ir de mano en mano.
11/09/2011
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