miércoles, 20 de julio de 2011

García al cuadrado, fue inevitable



Hay cosas que no te quieres creer, nos pasamos todo el embarazo intentando evitar el efecto García al cuadrado, lamentablemente yo me apellido de primero García y Ana también. Muchos años antes entre bromas comentábamos este hecho, y nos veníamos arriba afirmando que lo impediríamos con todas nuestras fuerzas, pasó el tiempo y con menos bravuconería miré que podía hacer por cambiarlo, y el resultado fue nada, es casi imposible a no ser que cumplas unos casos muy concretos, tendría que llevar a gente que alegase que a mi me llamaban Goñi y no García, y así lo podía haber hecho, nadie me llama García, en mis tarjetas pone David G. Goñi, en el colegio me conocían por Goñi, en el instituto me conocían por Goñi, en la universidad me conocían por Goñi y en el trabajo siempre fui el Goñi. Pero a Ana no le sucede lo mismo y eso de que llevase mis dos apellidos (aunque el García fuera suyo) no le hacía mucha gracia, eso de June Goñi García, no lo veía, le hubiera gustado eliminar su García también y llamarla June Goñi Quintanar, y eso era ya imposible.

Así que cuando vi llegar sobre la cuna de June sus dos apellidos con García al cuadrado me dio un vuelco el corazón que sólo me lo aliviaba al mirarla a los ojos, allí estaba también su fecha de nacimiento, su hora de nacimiento, su peso y su medida, todo colocado junto a su pulsera.


A ella parecía poco importarle cuales eran sus apellidos, cerraba los ojos, cerraba los puños y dormía plácidamente, con su ropa siempre grande y sus manitas tan perfectas y grandes, con una uñitas de juguete y un cuerpo pequeño y prematuro.


En su ojo izquierdo una pequeña rojez, su sueño inalterable hasta que tenía hambre y buscaba el pecho de su madre que aunque no tenía leche le daba el mejor medicamento que le podía proteger, después biberón de ayuda. Darle de comer por primera vez fue todo un lujo, verla dormir otro.

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