Siesta de sofá

Después de comer la sobremesa cae como un chaparrón de tranquilidad, aunque June no entienda de horarios y se muestre tan activa como siempre, agotada, pero activa. Su madre la mece en sus brazos y consigue domarla quedando rendida sobre el sofá y junto al mando de la televisión, agarrada al chupete y destapada como lo hacía de pequeño su padre.

Su madre la tapa, la cubre con cariño, ella duerme, descansa, reposa la guerrera.

Al segundo se destapa y vuelve a la posición inicial, la guerrera, ni dormida reposa.

Y entre tanto mirarla hipnotizados, ni nos damos cuenta que nosotros no hemos descansado, para un segundo que nos deja, lejos quedan ya aquellas tumbadas de sofá de las tardes largas, tardes de películas o de plegar la oreja, pero en paz y silencio. June se despereza como si fuera un adulto, se retuerce con sus bracitos a la vez que arruga el ceño. La paz de la tarde se acaba y la siesta de sofá la tendremos que dejar para otro día.

03/10/2011