domingo, 1 de diciembre de 2013

Junio fresquito en el parque I



Parecía mentira que estábamos en junio. Ana buscaba el sol para dar de comer a Naia que cada cierto tiempo pedía el calor de su madre. Para Ana esos rayos de luz eran de agradecer. Aparcado el triciclo nuevo de June, que lo traía, pero apenas lo usaba, prefería estar con los otros niños en los toboganes y el parque de juegos.


Era pisar el parque y a June a pesar del frío se le calentaba el cuerpo. Ella sola corría de un lado para otra partiéndose de risa y cantando sus canciones. Poco a poco se acercaba a donde estaban otros niños.


Cada vez se mostraba más atrevida, se subía en las vallas de colores imitando a otros niños y los miraba para que se fijaran en su logro. Me encanta ver como los niños se pican entre ellos, como se necesitan y como se guardan las distancias.


El tobogán no podía faltar entre sus favoritos. Subía y bajaba con rapidez, pero siempre mirando a los otros niños para detectar si tenía que ir a otro sitio más concurrido.


Como en el tobogán pequeño no había mucha gente se dedicaba a bajar con tranquilidad y luego se dedicaba a esperar un poco abajo, tocando el fresquito metal y haciéndole gracia como se reflejaban sus manos y su cazadora rosa sobre el metal.


Después un paso por la caseta. Poco a poco iban llegando más niños y seguro que la cosa entraba en calor rápido.

01/06/2013

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