Da igual la hora, da igual el momento, de día o de noche, cuando duerme, es todo un angelito. Con su paz y su tranquilidad, sin pensar en problemas, pero con cara de concentración, respira fuerte hasta casi roncar, como si fuera un angelito.
Aunque alguna patada surja que a la sábana golpea, aunque en la publicidad la televisión suba el volumen, aunque los gatos maúllen en busca de cariño, cuando June duerme, duerme un angelito.
04/09/2011
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