Hace un año emprendíamos nuestra primera salida de casa, y el motivo no era para menos, tal día como hoy era la comunión de Unax, del bebé que vimos crecer al muchachito en el que ya se ha convertido. Para Ana suponía su primera salida de Zaragoza y casi de su cama desde hacía mucho tiempo. El viaje no fue fácil, tanto rato sentada y de la misma forma le provocaban cierta incomodidad.
En Vitoria nos juntamos todos, descansamos un poco y al día siguiente a celebrar la comunión, padres y hermanos juntos, un buen rato después de una misa de comunión plagada de ruidos y de niños correteando de un lado para otro. La comida fue en la plaza del machete, y la verdad que estuvo muy bien, buenos entrantes y un chuletón que como siempre, en mi caso, tuvo que viajar dos veces a la cocina para que viniera más hecho, para pesar y cabreo de mi suegro.
Ana se mostraba feliz, tras los regalos, Unax y Uxue se dedicaron a hacer fotos con las cámaras y por eso que no haya mucho enfoque en estas, pero todo no se podía conseguir.
June permanecía tranquila, aunque a ratos propinaba unas buenas patadas oyendo a sus primos de lado a lado y con una Uxue que abrazaba la tripa de Ana, como si quisiera abrazar a su prima.
Acabamos el día agotados, principalmente Ana, pero contentos de pasar un día en familia, ver como cada día se hacen más grandes los sobrinos y en espera de que nosotros pudiéramos dar pronto otra alegría.
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