Por fin estábamos de vuelta en Asturias, los duros días en Zaragoza ya habían pasado y podíamos, aunque de aquella manera, recuperar las vacaciones truncadas. Era un 15 de agosto, día grande en todos los pueblos de España, y Llanes no podía ser menos. June desde su carro, veía y oía a toda la gente y solicitaba la libertada de sus cintos del carro.
Nos miraba y nos apelaba con su dedo índice, ordenándonos la libertad tan ansiada, pero ceder a sus órdenes habría sido un craso error, queríamos avanzar un poco y sus cortos pasos nos habrían retenido durante mucho tiempo. June, claro está, no lo entendía.
Al final tuvo que ceder y aguantó con esta carita la resolución paterna. No te preocupes June que algún día serás libre, de momento, eres todo un peligro y por protección pública debes de aguantar atada el mayor tiempo posible.
Con esta resignación, pasamos un buen día, en lo que suponía nuestra vuelta a las vacaciones.
15/08/2012
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