Después de un día de playa el coche se convierte en la cuna perfecta. June se monta y se deja atar. Sus ojos muestran cansancio, y su pasividad mucho más. El coche arranca y sin llegar a la primera curva, dos ojos en el asiento de atrás se cierran y un mundo de sueños comienza.
Descansa mi amor mientras ruge el motor. La música resuena dentro del coche y todo da igual, el sosiego lo cubre todo. Ni hablamos en el camino de regreso. El silencio es más precioso.
Por desgracia, pronto llegamos a casa. El sueño se acaba, pero verla así, te hace sentir mucho más humano.
01/09/2012
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