Hola, me llamo June, y aquí donde me veis soy capaz de comerme un barquillo de helado de canto y con toda la boca abierta, o al menos de intentarlo, que para eso mi sangre vasca y maña me otorgan una cabezonería incipientemente prematura.
No os dejéis engañar, ya sé que tengo cara de niña buena. Cierto es que a veces lo soy, pero darme un barquillo y veréis como os dejo el sofá y el suelo. Esa que está detrás es mi mamá y está limpiando el estropicio que he hecho antes.
Por suerte, ahora he engañado a mi padre y he conseguido un nuevo barquillo. Guardo silencio para que no me caiga otra reprimenda por tirarlo todo al suelo. Papá parece que aprueba que me lo coma aquí mismo, así que no se diga más.
Vaya si es difícil comerse estos barquillos, a una no le entra todo en la boca. Tengo que ir a poquitos, ya que me resulta bastante complicado comérmelo entero. Monstrua de los barquillos, ¡al ataque! ¡todo para dentro!
¡Uhmmmmmm! Sí que está rico. Mientras mi madre sigue limpiando aprovecho y disfruto de tan suculento manjar. Aquí os dejo un vídeo de los momentos previos de la monstrua de los barquillos:
02/09/2012
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