Domingo de carreras de coches en casa, June calienta motores, su boca ruge como el motor del Ferrari de Alonso. La carrera comienza y Lobato no para de hablar. June nota que pasa algo diferente, mira a la televisión y grita conmigo (en su idioma): —¡¡¡Aloooonnsso!! ¡¡Aloooooonnsso!!—. Me mira y se sonríe. Un insulto se me escapa con una maniobra de Vettel. Me tapo la boca, parece que no se ha enterado.
Alonso hace un pit stop. June también, aprovecha y come su potito. Alonso no se duerme al volante, y June tampoco. Los gritos continúan en casa: —¡¡¡Aloooonnsso!! ¡¡Aloooooonnsso!!—. La carrera ha llegado a su fin, Lobato no ha parado de hablar, de momento no hemos ganado, pero June y yo sabemos que pronto Alonso resurgiría, como así lo está haciendo ahora.
25/03/2012
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