Cada noche que pasa duerme más de tirón, las horas de sueño se hacen más largas, aunque alguna noche hay que darle un biberón extra o una ración de brazos para poder acunarla e intentar dormirla. Por eso algunas noches, su madre, agotada al intentar meterla en la cuna y que se le despierte opta por llevársela a nuestra cama y June encantada, se agarra al cuello de su madre abrazándose durante el resto de la noche.
Y es que cuando se despierta no quiere soltarse de su madre, la agarra con sus bracitos de una forma amorosa y protectora, revolviéndose de lado a lado y agarrándose a su pelo para no soltarse. Siempre despertamos con una sonrisa que se convierte en mágica y eterna durante todo el día.
Despertarse así, llenos de abrazos y sonrisas le llena el corazón a cualquiera.
26/08/2012
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