Las correas no son algo que les guste a los niños, a June tampoco, posee una habilidad especial para zafarse de ellas, o al menos para intentarlo. Pasa un brazo, cruza la mano, tuerce la cabeza y al final queda hecha un nundo, tanto que parece que está jugando al ahorcado.
Y en esta foto sólo le faltaría sacar la lengua para empezar a asustarse. Por suerte todo queda en un juego y en una leve reprimenda en su intento de fuga.
22/08/2012
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