Tocaba comprar en un hipermercado, en una mano el carro de June, en la otra el carro metálico con la compra. A un lado June dormida y bendita con su cazadora de invierno, en el otro lado comida y productos de limpieza que se amontonaban en completo desorden.
Al final por un carro nos pidieron dinero y por el otro las cajeras babeaban, pero sin hacer descuento.
16/01/2012
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