Después de unos días con algo de fiebre y babeando a montones, casi sin darnos cuenta, a June le habían aparecido las dos palas de abajo, apenas nos dejaba verlas, ya que estaba con la lengua constantemente aliviándose el profundo dolor de su nacimiento.
Pero a nada que podíamos verle la boca se intuían dos nacientes dientes de leche desde su parte inferior, así que lo agarraba todo con fuerza y mordía con todas sus ganas.
Sin darnos cuenta, June crece y crece.
03/01/2012
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