domingo, 4 de septiembre de 2011

Un camino duro



No ha sido fácil, buscar a June ha costado mucho tiempo y sufrimiento por parte de Ana, visto desde ahora lo damos por merecido, pero detrás quedan muchas inyecciones, muchos llantos, algún legrado, tropecientos millones de extracciones de sangre, pruebas y visitas a médicos. Entre los papeles me apareció éste, a las 9 semanas de la FIV, era tarde y  Ana empezó a sangrar abundantemente, su susto fue mayúsculo, yo intenté poner algo de tranquilidad pero por dentro me temblaban hasta las canillas, la cara de Ana reflejaba la peor de las amarguras. Fuimos a urgencias a Montecanal, la espera y el durante la consulta se hicieron tremendos, Ana temblaba sobre la camilla y no era de dolor, temblaba ante una noticia no deseada. Pero a pesar de todo June seguía ahí, su corazoncito latía  a su ritmo, se había quedado sóla en el camino, ya que aunque parecía que de primeras era gemelar, June se había agarrado a su cordón como su madre a la esperanza. Pronto hará un año de este susto, hoy viendo a June casi no es ni anécdota.

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