Gracias a la tecnología y principalmente, a Esteban y Sergio sus tíos, podemos tener controlada a June en la distancia, y ya no es como antes que con los "güalkis" que dicen las abuelas, que tan sólo emitían el sonido y el llanto del bebé. Ahora, gracias a este regalo podemos ver hasta el último detalle de la programación nocturna de June TV.
Aparentemente June está tranquila, y como un voyeur observas la tranquilidad de la cuna, hasta que de repente comienzan las patadas voladoras y en exclusiva contemplas un maremoto de colchas y sábanas que saltan hacia arriba como si una rana estuviera dentro. Por poco tiempo es cine mudo hasta que de repente suena un llanto demoledor distorsionado por los altavoces del aparato.
Así que toca desconectar el aparato y bajar a calmar a June, intentar que se quede dormida para poder seguir trabajando, es lo que tiene estar conectado a June TV.
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