Nos tocó ir al concesionario de Volkswagen para que ajustaran algo de la electrónica del coche de Ana, y por suerte para June, estas marcas dejan una zona, aunque sea entre medio de los coches, para que los niños pequeños puedan jugar y no molesten a los padres mientras se gastan el dinero inconscientemente. A nosotros nos vino genial.
Jugamos colocando su nombre sobre la pizarra magnética y el nombre de su futura hermana entonces. June se dedicó a colocar las fichas por sus colores e impedirme que colocara más cosas sobre la pizarra. Por una vez al menos entendí cuanto valen estas salas de espera infantiles.
15/01/2013
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