lunes, 20 de mayo de 2013

Nacimiento de Naia 11: Abuelada nui



A las pocas horas de nacer Naia los abuelos comenzaron a aparecer al calor de la nueva vida. Entraban por la puerta con una sonrisa de lado a lado, con los miedos aparcados y con ganas de descubrir parecidos sobre la recién nacida. Mientras su madre se recuperaba del dolor y de la emoción, los abuelos inspeccionaban sobre sus parecidos generacionales con una alegría difícil de contener.


Los primeros en llegar fueron mis padres, los de Ana estaban dando de comer a June y lo primero es lo primero. Mi padre, estaba feliz, ya la llegada de June le había cambiado un poco su concepto paternal, siendo padre de dos hijos, cuando puedes disfrutar del encanto de una niña te das cuenta de lo que te has perdido. Ahora le venía otra, ojalá, salga con la sonrisa de su hermana, pensaba. Mi madre no dejaba de encontrar parecidos, a mi me daba igual, pese a que las enfermeras y la matrona ya habían sentenciado que se parecía a mi, yo mantenía y mantengo que se parecerá a su madre, es la sensación que me vino nada más verla nacer.


De repente por la puerta entraron los otros abuelos, y encabezando su misión, la aventurera June, que se hizo dueña de la fiesta en segundos, al poco ya los tenía a todos rodeándola a ella y a su hermana y formando un coro que parecían Mocedades. Pedro Hipólito parecía que iba a ser el primero en arrancarse para cantar.


Hice posar a mis padres con mis tres niñas, una foto para que la recuerden siempre. Tres generaciones juntas, cuatro mujeres que no tienen desperdicio.


Los padres de Ana tampoco faltaron a la foto, les debíamos mucho los meses pasados, Ana había podido llevar el embarazo con mucha más comodidad gracias a su ayuda, se habían venido a ayudar a su hija. y la verdad, le han ayudado mucho, y a su nieta más.


Todos juntos posaban en la misma cama en la que Ana intentaba aguantar sus primeros dolores, todos llenos de alegría y risas, y ella dolorida por dentro. Allí, todos juntos, me di cuenta de lo que significa la palabra abuelo o yayo como dice June, y es una palabra que encierra mucho más que un parentesco.

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