Parece curioso, pero cuando June se queda dormida poco le importan los ruidos de los bares y menos todo lo que sucede a su alrededor. Podría estar el Orfeón Donostierra cantando con todo su poderío alrededor y June no se daría ni cuenta. Por eso, aunque el día en Vitoria se mostraba frío y gris, nos tomamos unas cañitas antes de ir a comer a casa fuera del bar, más por los mayores que por el sueño de June.
Sus primos la rodeaban y no dejaban un segundo de cuidarla con sus juegos y zalamerías. Pero June, imperturbable, seguía dormida mientras el uno y la otra le ponían caras a su alrededor.
Y es que no hay nada como tomar un tapeo por los bares de Gasteiz junto con una familia que poco a poco se nos ha ido haciendo cada vez más grande.
25/11/2012
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