Vencida por el sueño

Desde que amanece por la mañana no para, desayuna su bibe con ansiedad y viaja camino a la guardería en el coche junto a su madre. En el camino canciones, bailes y unos ojos que lo quieren ver todo. Para en casa de la abuela y allí, mientras corretea por el pasillo y juguetea con sus abuelos que se convierten en niños con tan sólo verla. Nadie la puede vencer, ella acaba con todos.

En la guardería se junta con sus compañeros. Corren, saltan, gritan, tiran las cosas de un lado a otro, las recogen con un poco menos de entusiasmo, cantan, lloran, ríen, saltan sobre las colchonetas y se intentan quitar los juguetes los unos a los otros. Es un no parar, pero nadie la puede vencer, ella acaba con todos.

Su abuela la va a buscar, y regresan a casa entre juegos y caricias de abuela. Llega la hora de comer y June corretea de un lado a otro, de una habitación a otra, el caso es no parar. Al poco llega su primo Daniel y el ambiente en casa se caldea, se salta, se grita y cada uno va a lo suyo, y los dos a los de uno. Mientras la abuela la controla, June come por su cuenta. Nada la puede vencer.

Al poco llega su madre en su busca y June se vuelve loca de contenta, le cuenta lo que quiere mientras va de un lado a otro. Después de un poco, abrigan a June y la suben al asiento del coche. June sigue sin parar, alegre y contenta. Nada la puede vencer.

Al cabo de dos segundos y con el ruido del coche, June se queda dormida, vencida por el sueño. Cuando llega a casa la dejamos sobre el sofá tal y como ha llegado, la tapamos y nos quedamos mirándola, por fin ha caído vencida por el sueño.

28/11/2012