La niña que me mira enfrente

Salíamos de paseo y en casa de los abuelos nos tocaba coger el ascensor. Para June era toda una experiencia. Se metía dentro de una caja pequeña y de repente aparecía en otro sitio. Apenas notaba el movimiento y tampoco se preguntaba mucho más. Pero había algo que le llamaba mucho la atención, y la tenía un poco confusa, cada vez que se montaba una niña se ponía enfrente de ella.

Las dos se miraban. Silenciosas, quedas, sin arrancarse ninguna de las dos. Le sonaba familiar. Por fin cuando se disponía a decirle algo, un parón brusco detenía el ascensor, y la niña, al igual que June desaparecía hasta el siguiente viaje. La niña que le mira enfrente volvería a la vuelta.

23/12/2012