Como dos niños buenos, que lo son, me miraban, sin saber que estaban inmortalizando un momento que no podrán olvidar en la vida de ninguno de los dos. Era el día del cumpleaños de June y casi el día del cumpleaños de Daniel, que había sido dos días antes. Son tan pequeños, pero mirándolos se me hacen muy grandes.
Era raro ver a June tan serie, pero tocaba posar y parecía saber muy bien lo que estaba haciendo, al igual que Daniel, los dos me daban sus rostros, pero me daban mucho más, me daban las personitas que están dentro y cuyas personalidades se empiezan a marcar ya. Los dos juntos, como primos, que no se van a separar nunca.
Pero no todo fue tan idílico, al principio uno miraba para un lado, el otro para otro, y entablaban una pelea visual que no parecía tener ganador claro. Aunque, verlos tan formales implicaba intentar alargar el momento para disfrutarlo.
Pero no todo es eterno, a los dos segundos June ya estaba lanzándose sobre su primo Daniel para intentar darle un beso. Daniel aguantaba entre risas y June atacaba. Estaba claro quien iba a ganar.
Sólo deseo que el tiempo sea testigo de su inocencia y que no la pierdan nunca, pero que recuerden con estas fotos los niños que nunca deben de dejar de ser. Felicidades June. Felicidades Daniel.
Os dejo con un vídeo que lo dice todo:
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