A última hora de la mañana y totalmente inesperadas llegaron a la habitación del hospital un ramo de rosas rojas y flores blancas realmente precioso. Su entrada provocó un halo de luz y un olor verdaderamente maravillosos. Los autores, mi hermano y Carolina, que habían tenido el detalle de acordarse de la madre, que aunque felicitada por todos, tenía que compartir los halagos con la recién nacida Naia.
Muchas gracias hermano.
29/04/2013
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