domingo, 20 de octubre de 2013

Conociéndose



Naia, una recién nacida de siete días. June, casi dos años menos un mes. Por delante toda una vida para conocerse, toda una infancia para crecer juntas, para arroparse, para compartir juegos y algún juguete, para discutir, para abrazarse, para contarse secretitos, para hablar de amores, para callar penas, para quererse en la distancia, para ayudarse, para quererse,… por delante algo más que una vida.


Y hasta esos momentos tienen sus comienzos, aunque los finales siempre son inciertos y abstractos, hay principios que tienen forma y sentimiento. Cuando June y Naia se miran, se buscan, se quieren conocer, aunque por delante tengan mucho tiempo para hacerlo. June tiene que asumir que ya no es la única princesa de papá y mamá, Naia ya lo sabía cuando escuchaba a su hermana desde la tripa de su madre.


Es bonito, muy bonito cuando se buscan mucho más allá de las miradas, cuando se tocan queriendo sentir tanto con tan pequeño gesto. Es muy bonito cuando se hablan, a su manera, como no podía ser de otra forma. Es muy bonito cuando juegan a conocerse, a quererse.



04/05/2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...