June poco a poco empezaba a descubrir nuevas cosas, por desgracia, una de ellas eran los botones de todos los electrodomésticos y una fuerza que le nacía desde dentro le obligaba a tocarlos y moverlos para ver que pasaba. Su madre no lo llevaba tan bien, y menos en la lavadora y el lavavajillas, así que en cuanto la vio tocar los de la televisión de la bodega una frase salió de su boca: ¡June, no toques eso!
June la escuchaba, y su orden había parado su ataque. ¿Sería obediente?
Pues poco, una fuerza superior le obligaba a provocar a la autoridad maternal y al final había que acabar un buen día de domingo imponiendo normas, y es que hay que cosas que no hay que tocar.
10/02/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario