Con la llegada de Naia a casa estábamos muy pendientes de June, que no tuviera celos de su hermana y que entendiera que su madre le tenía que dedicar mucho más tiempo a su hermana que a ella misma. La primera parte June la llevaba muy bien, la segunda no tanto. Pero siempre tenía una sonrisa y le encantaba volver a descubrir aquellas cosas que había dejado en su infancia más temprana.
Así lo hizo con el balancín de Naia, que antes había sido el de June, y mucho antes el de su primo Daniel. Le hizo gracia volverlo a ver, y se subió sobre él y se puso a saltar y jugar como lo que es, una niña pequeña. Abandonó a su muñeca "escoba" en el sofá y se dedicó a disfrutar de los placeres infantiles.
Tanto saltó, que acabó sacando uno de los hierros del balancín, un momento de confusión, pero no pasó a mayores, ni tampoco evitó que June siguiera haciendo lo mismo y con la misma energía o hasta un poco más.
June disfrutaba volviendo a ser una niña pequeña.
02/05/2013
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