Después de una buena comilona en casa de mis tíos de Villamiel en Toledo, tocó separar la mesa y reírnos un rato con June en posición de domadora de perros y con Reina la perrita en cuestión. Una iba de lado a lado con su dedo inquisitorial ordenando a la otra silencio y que hiciera lo que ella decía, pero la otra, como buena Reina, no estaba dispuesta a admitir órdenes de nadie superior y respondía a ladrido limpio.
No pudimos por menos que hace un corro en el centro y observar como se las gasta June cuando quiere mandar, y eso en el territorio de la casa de mi tía Loli, que si algo tiene es capacidad de mando. Amanda cuidaba de June y de que Reina no pasase a otros medios más disuasorios con la pequeña domadora.
No había rincón donde dejara tranquila a Reina, que intentaba escaparse en el momento en que podía, pero la puerta cerrada y el corro humano le impedían pocas salidas. Los abuelos, Sandra, su madre con un embarazo ya bastante visible, Vanesa, Diego y Cristina no paraban de reírse con June que se lo tomaba tan en serio que estaba graciosísima.
Por un momento Reina se tumbó, pero cerca de June para provocarla un poco. De nada le sirvió, June se puso de rodillas junto a ella y le hablaba en su idioma indio diciéndole que no ladrara. Reina ni la miraba, pero eso a June le daba igual.
Una tarde de risas difícil de olvidar. Una June que no se asustaba por los ladridos de Reina, y una Reina que no se asustaba por las órdenes de June, tal para cual.
26/01/2013
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