Después de las comidas y cuando no tenemos que ir a trabajar, a todos nos entra cierta somnolencia que en algunos momentos resulta hasta contagiosa. Aquel día nos pasó algo parecido. Después de comer y acabar con la fruta en nuestra casa parecía que Morfeo había lanzado un rayo galáctico con forma de sopor que adormeció a casi todos los que estábamos allí.
Naia junto con su abuelo fue una de las primeras en caer, se quedo frita en la cocina, y nunca mejor dicho. De estar medio llorando pidiendo su comida personalizada en forma de pecho de madre, a caer rendida por un sueño que la hacía hasta roncar.
Daba gusto verla, junto a nosotros, con tan sólo días de vida y compartiendo hasta siestas familiares.
03/05/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario