Con el regalo de Reyes descubrimos una tremenda curiosidad de la que June ya nos había dado indicios, pero no sabíamos hasta que punto llevaba su obsesión. Siempre había sentido atracción por los colores y por ordenar todas las cosas que son de un mismo color en un mismo sitio y no dejar que se los tocase nadie. Lo hacía con la ropa o con los cojines, pero ahora con el nuevo regalo nos dimos cuenta hasta que punto era capaz de llevar su pasión.
Mientras yo montaba una construcción al otro lado, June se encargaba de recopilar todas las fichas azules, que no dejaba que se las cogiera ni bien ni mal. Se había hecho dueña de un color y decía que era todo suyo. Muy graciosa lo protegía con esmero despreocupándose de mi obra arquitectónica a su lado.
Y también es muy curioso que dependiendo del juguete los colores de atracción cambian, en otros suele ser el color rojo su preferido, eso sí, siempre que no esté el color rosa para poder elegir, su preferido.
03/02/2013
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